La OMS publicó una guía para clarificar cómo usar correctamente las nuevas drogas para la obesidad
Ante el auge mundial de medicamentos para bajar de peso, se difundió la primera Guía OMS sobre el uso correcto de las terapias GLP-1. El documento aclara que no son soluciones “mágicas” y deben combinarse con una mejora en la alimentación, actividad física y seguimiento clínico.
En las últimas horas, expertos de la Organización Mundial de la Salud publicaron un documento clave: cómo se debe abordar, desde la medicina, el creciente desafío mundial de la obesidad, patología que ya afecta a más de 1000 millones de personas en el mundo.
Esto es clave en este momento, tomando en cuenta que están saliendo al mercado mundial y local varias drogas nuevas cuyos efectos principales son ayudar a bajar de peso.
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Sin embargo, los comités de la OMS recordaron que estos medicamentos no son drogas “mágicas”, sino que estas terapias, basadas en la administración inyectable u oral de una molécula denominada “análogos del GLP-1, deben ser indicadas y controladas por un profesional de la medicina.
Pero sobre todo -para ser exitoso en el largo plazo- estas drogas deben ir acompañadas de cambios de hábitos significativos en la persona, tanto en materia de alimentación cotidiana como en dejar atrás el sedentarismo.
¿Qué hacer contra la obesidad?
La flamante guía reconoce que la obesidad es una enfermedad compleja, crónica y recurrente; no simplemente una condición ligada al estilo de vida. Y recuerda que “las nuevas terapias GLP-1 recomendadas incluyen, entre otras, los medicamentos basados en los principios activos semaglutida, tirzepatida y liraglutida, medicamentos que originalmente fueron desarrollados para el tratamiento de la diabetes tipo 2, pero que mostraron que sus efectos “secundarios” son, entre otros, colaborar en una reducción del peso de alrededor del 15% de la masa corporal, en promedio.
La guía de la OMS contiene dos recomendaciones condicionales principales:
- Deben ser usadas en adultos (excluye embarazadas) con obesidad como tratamiento a largo plazo.
- Deben ser parte de un tratamiento integral, que va mucho más allá de la simple toma o inyección del medicamento.
Estos deben combinarse con intervenciones conductuales intensivas como parte de un enfoque integral de tratamiento. Estas son:
- Seguir una dieta saludable.
- Hacer abundante actividad física.
- Tener acompañamiento médico.
La recomendación es “condicional” porque, según la OMS, aún existen incertidumbres sobre algunos aspectos de su toma en el largo plazo, respecto a la eficacia y la seguridad, la sostenibilidad del tratamiento (por ejemplo, qué ocurre tras una eventual suspensión), los costos de la medicación, que son altos, y la preparación de los sistemas de salud para poder financiarlos.
En palabras de Tedros Adhanom Ghebreyesus -director general de la OMS-, “la nueva guía reconoce que la obesidad es una enfermedad crónica que puede tratarse con atención integral y de por vida.
EG/ff