Turismo en la provincia de Buenos Aires

La Plata, destino turístico de calidad

A sólo 56 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, la capital provincial ofrece estilos arquitectónicos variados y de calidad, polo gastronómico notable y numerosas actividades para compartir en familia.

Una ciudad para disfrutar todo el año. Foto: Cedoc

Es más antigua que el cinematógrafo y más perfecta que una ecuación matemática. La Plata fue la primera ciudad del Cono Sur en tener luz eléctrica y, el día en que Enrique Mosconi, entonces presidente de YPF, inauguró su famosa Destilería, la capital de la provincia de Buenos Aires ocupó el décimo puesto en el ranking del progreso mundial. Hoy, para los turistas extranjeros que llegan a Buenos Aires, es un destino obligado que no podrían pasar por alto.

Su majestuosidad arquitectónica es envolvente. Para empezar el recorrido desde el corazón del centro, el Centro Cultural Pasaje Dardo Rocha, más conocido como Pasaje Dardo Rocha, está desde la primera hora. De estación ferroviaria viró en centro cultural y es la actual sede del Museo de Arte Contemporáneo de Latinoamérica (MACLA) y del Museo de Arte Municipal (MUMART). La Casa de Gobierno, de estilo renacentista flamenco, con pomposa entrada de triple arco romano y un interior de Salón Dorado rococó, no tiene nada que envidiarle a las grandes estructuras de Francia. Y el salón semicircular neo-renacentista del Palacio Municipal completa el tríptico de las Bellas Artes platenses con mayúsculas.

Dos perlas que nadie quiere dejar de lado son, por un lado, la Catedral de la Inmaculada Concepción, el mayor Templo Neogótico de América del Sur, que tardó casi cincuenta años en completarse. Una de sus torres, accesible por ascensor es uno de los mejores miradores del trazado perfecto de la ciudad. Mide 7000 metros cuadrados, puede albergar 14.000 personas, y mide 120 metros de largo por 76 de frente. De la cruz al suelo, se altura alcanza los 97 metros, pero las torres la elevan hasta los 112 metros de altura.

Y el segundo lugar   imperdible es el Museo de Ciencias Naturales, que pertenece a la Universidad Nacional de La Plata.

Recorrer sus 21 salas es pasar revista a la historia del mundo. Allí hay ejemplares de las eras paleozoica, mesozoica y cenozoica, momias egipcias, colecciones arqueológicas argentinas, 3 millones de objetos y una enorme diversidad del Planeta y del origen de la vida.

Por último, apunte la Casa Curutchet, que perteneció al médico del mismo nombre, pero célebre por ser la única obra realizada en tierra latinoamericana por Charles-Édouard Jeanneret-Gris –alias Le Corbusier-. Es una parada ineludible de todos los estudiantes de arquitectura y de los estudiosos de la historia del arte. En 2016, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Si el paseo es acompañado por chicos, apunte dos muy buenos datos: el Planetario y La República de los Niños. Esta última es un sorprendente espacio de 53 hectáreas que implicó dos años de trabajo y la mano de obra de 1.600 personas. Dicen incluso que, cuando se inauguró el 26 de noviembre de 1951, Walt Disney estaba presente y que le propuso al entonces presidente Juan Domingo Perón construir allí el Parque que luego realizaría en Anaheim, California. Todo un misterio que probablemente nunca llegue a confirmarse.

Y si solo se dispone de un rato, la autopista Buenos Aires-La Plata, reduce a veinte minutos el tiempo que requiere llegar para un almuerzo o una cena en un polo gastronómico variado y plural que incluye no sólo cervecerías, hamburgueserías y restaurantes familiares en casas de época sino también una oferta que se extiende a las calles arboladas y de ensueño en las ciudades vecinas: Gonnet, City Bell y Villa Elisa.

 

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