Si bien el 2012 no fue el año del fin del mundo como sugería cierta profecía maya (que no existió) y ciertos análisis de que ese año se terminaba el Baktún 13 del calendario mesoamericano y eso significaba algo así como el fin de una era o el fin del mundo, algún cataclismo, que la comunidad científica nunca tuvo en cuenta.
Pero el cataclismo sí ocurrió para los spinetteanos. Fue un día como este sábado, en su casa, y rodeado de amor. “El 8 de febrero ya casi no despertó. Cayó en un estado de inconsciencia. Ana (su hermana) presintió el final y llamó a todos. Asistencia perfecta. Como si lo hubiera calculado, a las 16.20, a la misma hora que había nacido un ya lejano 23 de enero, Luis Alberto Spinetta respiró hondo por última vez”, relata Sergio Marchi en la biografía oficial “Spinetta Ruido de magia”.
Las 70 frases más hermosas de la poesía de Luis Alberto Spinetta
Perdimos al ídolo, al tipo adorado, pero no perdimos su hermosa obra ni su lúcido pensamiento. No sólo quedan sus discos y sus canciones, que siguen apareciendo en sus dos discos póstumos (Los Amigo y Ya no mires atrás), algo breves, incluso para el formato de los viejos long plays de vinilo (que solían durar 40 minutos), pero terminados y completos, que el Flaco había dejado en un ya mítico pendrive. También su pensamiento y sus definiciones, que siguen vigentes como nunca. Prueba contundente de esto, es una relectura de Martropía, el hermoso libro de conversaciones con Spinetta que editó el periodista y poeta Juan Carlos Diez. De allí, tomamos algunas definiciones del creador de “Alma de diamante”, para recordarlo a ocho años de su partida.
“Yo no soy un fanático mío”.
“Quizá no haya algo más imponente en la naturaleza que observar a los animales haciendo el amor o cazando. No hay remordimiento en ellos, esa cosa podrida del hombre que vuelve sobre sus pasos para ver si le quedó dolor o alegría”.
“Cuando veo un milico, me da vergüenza. No entiendo cómo una persona se puede haber dedicado a un quehacer tan vil, cómo alguien pretende imponer sus ideas a través de esos métodos. Tampoco entiendo a los sacerdotes, pero me dan menos asco. El sacerdote luce erótico al lado de un militar. Aunque ambos se ponen el disfraz sabiendo que pueden dictaminar sobre los otros seres y que para eso están, para corregir las desviaciones y para castigar a los que se salgan, lo cual es el atributo de los imbéciles”.
“Todo es naturaleza. Hagamos el desastre que hagamos, somos producto de ella. No somos de otra naturaleza que la misma que queremos destruir. Si se tiene que destruir, nos destruiremos nosotros”.
“Si fuéramos como es náufrago (se refiere a la película con Tom Hanks) y no tuviéramos ningún sonido musical para escuchar, aunque permanentemente nos rodearan todos los sonidos imaginables en la selva, en el momento de escuchar sólo dos notas organizadas lloraríamos de emoción”.
Las 70 frases más hermosas de la poesía de Luis Alberto Spinetta
“En mi caso, en cuanto creo que estoy manejando algo a full, se me entorpece la idea. Pero cuando dejo fluir mi intuición y tomo los elementos con la naturalidad de quien no los conoce y se deja llevar por eso, generalmente funciona”:
“Cuando escucho a los Beatles me da la sensación de que ellos han hecho el sonido en un mural, en una piedra o en algo que el tiempo no trastorna.”
“Los protagonistas de los tangos son ineptos para querer, para no dejarse engañar, ineptos inclusive para no llorar. Es un poco dura la crítica, pero bueno… Los veo melancólicos y sufriendo por pavadas. Parecería que ninguno labura, que ninguno hace nada, que no hay ciudad, no hay gente, no hay nada. Hay una mina, una madre, un barrio, un momento de soledad angustiante y chin- chin, se terminó el tango”.
“La raíz del mal está en aquellos cuyo vicio es el sufrimiento de los otros”.
“Ese fascismo (musical) está en crear un modelo para la estupidez, como método previo para manejar a la gente. Provocar la estupidez de las personas hasta finalmente anularlas y dominarlas”.
“Al principio necesitaba que los temas fueran una búsqueda. Pero ahora los vivo como un entretenimiento absolutamente musical, usando todo lo aprendido”.
“Siempre he intentado emocionar a quien me escuche. Producirle efectos directos en su corazón para movilizarlo y que encuentre respuestas”.