Las acciones estadounidenses cayeron por segundo día consecutivo en una día marcado por grandes fluctuaciones. Los bonos del Tesoro subieron después de una fuerte subasta de instrumentos a 30 años, el dólar disminuyó junto con el petróleo y el oro, refugio seguro tradicional, registró su mayor ganancia en más de dos años.
El índice S&P 500 cayó más de 2% al igual que ayer y se encuentra ahora en su mayor racha negativa desde 2016. El Dow Jones Industrial Average bajó más de 500 puntos. Las acciones tecnológicas que sufrieron la peor parte de las ventas del miércoles tuvieron un desempeño relativamente mejor el jueves, aunque las pérdidas del Nasdaq 100 alcanzaron el 8%.
"De repente, se ve una desaceleración severa porque los resultados de la subasta de bonos a 30 años fueron mejores de lo esperado y la gente dijo ’vamos a cambiar ahora’", comentó Donald Selkin, estratega jefe de mercados de Newbridge Securities.
El S&P 500 está en un mínimo de tres meses después de una caída del 6% en lo que es la baja más larga de la presidencia de Donald Trump. Las acciones energéticas registraron la mayor parte de las pérdidas luego de que el petróleo descendiera más de 3%. Las firmas financieras también contribuyeron en gran medida a las mermas pues los bancos y las aseguradoras retrocedieron en al menos 2,5%. El Nasdaq 100, que cuenta con una gran cantidad de firmas tecnológicas, dejó sin efecto un repunte anterior y sumó a su disminución del 4,4% el miércoles.
"Esta es solo una corrección normal que se concentra en algunos de los nombres más caros y más notables de la tecnología", afirmó Jamie Cox, socio gerente de Harris Financial Group. "Pero creo que se ha precipitado por la incertidumbre sobre el crecimiento global y sobre si la política de la Fed está yendo demasiado rápido".
Además de la energía, las aseguradoras y las fabricantes de productos para el hogar fueron un lastre para el mercado, mientras que las compañías de medios y las de software estuvieron entre los pocos puntos brillantes. El índice de volatilidad de Cboe anotó su nivel más alto desde febrero.
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"La volatilidad está de vuelta y puede requerir estrategias más activas por parte de los inversionistas para lograr sus objetivos a largo plazo", escribió el jueves John Lynch, estratega jefe de inversiones de LPL Financial, en una nota a clientes. "La volatilidad tampoco debe ser temida, sino aceptada, ya que los diferentes puntos de datos causarán ataques de ansiedad en el mercado. Pero recuerden que los fundamentos siguen siendo fuertes".
Más temprano, las acciones asiáticas y europeas descendieron y el mal momento del mercado se extendió por prácticamente todo el mundo. El indicador compuesto de Shanghái cerró con una baja superior a 5% y el índice de referencia de Taiwán, con muchas empresas tecnológicas, cayó más de 6%. El principal indicador bursátil de Europa menguó a su punto más bajo desde diciembre de 2016, en tanto que el euro y la libra avanzaron.
Los inversionistas que busquen determinar con precisión la causa del derrumbe de las acciones no tienen escasez de posibles culpables. Las empresas estadounidenses están cada vez más preocupadas por el impacto de la guerra comercial, mientras que el mismo problema llevó al Fondo Monetario Internacional a frenar las expectativas de crecimiento mundial. En el sector tecnológico, que fue clave en el repunte que elevó las acciones estadounidenses a un récord hace solo un mes, las compañías de mayor valuación se han visto afectadas por un escándalo de piratería informática.
En este contexto, la Reserva Federal ha reducido su balance y elevó las tasas de interés, lo que provocó la ira de Trump y ha forzado la revalorización de activos más riesgosos.
Por otra parte, el crudo West Texas Intermediate cayó a menos de US$71 por barril en medio de una gran baja de las materias primas puesto que la OPEP recortó sus estimaciones de demanda. Los metales preciosos ascendieron gracias al oro. El índice de criptomonedas de Bloomberg retrocedió 10%.