La firma de contratos vinculantes por parte de Freeport-McMoRan Inc. para otorgar el control mayoritario de la segunda mina de cobre más grande del mundo a una empresa estatal de Indonesia es un acuerdo histórico que aclara el futuro de la operación en un momento en que la nacionalización de los recursos está creciendo en todo el mundo.
Pero el pacto también puede ser una señal de una mayor estabilidad para los suministros globales a largo plazo en tanto Freeport tenga más confianza en hacer las inversiones sustanciales necesarias para prolongar la producción en la operación de Grasberg en las montañas de la provincia de Papua. Eso podría ser crucial para un mercado global que se espera que se contraiga en los próximos años debido a la falta de inversión minera.
"Grasberg ha sido el mayor contribuyente a la interrupción del cobre en los últimos 10 años" y este acuerdo reduce el riesgo de más interrupciones, señaló Colin Hamilton, director general de productos básicos de BMO Capital Markets Ltd. en Londres. "Cualquier forma de certeza en Grasberg es buena para todas las partes", agregó.
Grasberg tiene reservas por un valor cercano a los US$14.000 millones, según estimaciones de Bloomberg Intelligence. El acuerdo cumple con la promesa del presidente, Joko Widodo, de ejercer un mayor control local sobre los recursos antes de presentarse para la reelección en 2019.
El pacto permitirá a Indonesia emitir una licencia minera especial a Freeport para operar la mina hasta el 2041. La estatal Inalum acordó pagar US$3.850 millones para aumentar la participación de la nación en el activo al 51 por ciento desde poco más del 9 por ciento actual. Rio Tinto Group venderá su participación en US$3.500 millones, dejando la parte a pagar por Freeport en US$350 millones.
Aun así, quedan importantes desafíos para la producción en Grasberg, que se espera disminuya drásticamente el próximo año a medida que las gigantescas minas pasan a la modalidad de operaciones subterráneas.
Freeport ha anticipado desde hace mucho tiempo el final de las operaciones a cielo abierto y espera que dos nuevas minas subterráneas regresen la producción a los niveles previos dentro de unos años. Pero desafíos técnicos han frenado el aumento de la producción de Deep MLZ, mientras que Grasberg Block Cave no comenzará a producir hasta el 2019, lo que significa que la producción total será "significativamente menor" en 2019 y 2020, señaló Freeport el 25 de julio.
Freeport amenazó en 2017 con detener el desarrollo del proyecto en medio de las tensas negociaciones con el gobierno de Indonesia sobre la propiedad y una disputa laboral. Aunque el trabajo continuó, la primera producción fue postergada desde 2018 hasta el primer semestre del 2019 por una decisión de extender la vida de la mina a cielo abierto por seis meses.
"Mi creencia es que tendremos una mayor estabilidad, y no tendremos la controversia que ha sido parte de nuestro negocio durante varios años", señaló el máximo ejecutivo de Freeport, Richard Adkerson, en la ceremonia de firma.