Algunos cargos del Banco Central Europeo consideran que el recorte del pronóstico de crecimiento de la institución para 2019 sigue siendo demasiado optimista, de acuerdo con personas que tienen conocimiento del asunto.
Los miembros del banco argumentaron en la reunión del jueves que es posible que el repunte supuesto en las proyecciones para la segunda mitad del año no se materialice, dijeron las personas, que pidieron que no se revelara su identidad porque las conversaciones eran privadas. El comentario del presidente Mario Draghi de que los riesgos de crecimiento todavía están sesgados la baja refleja parte de esas preocupaciones, dijo una persona.
El propio Draghi presionó a favor del paquete de apoyo a la economía, que fue aprobado por el Consejo de Gobierno por unanimidad, dijeron las personas.
El recorte del pronóstico del BCE para este año es el mayor desde el inicio del programa de flexibilización cuantitativa hace cuatro años, y pronostica una expansión económica del 1,1 por ciento. Esto acerca la perspectiva del banco central a los pronósticos pesimistas de la OCDE de esta semana, y es inferior al pronóstico medio de los economistas encuestados por Bloomberg en febrero.
El cumplimiento del nuevo pronóstico dependerá de la recuperación en la segunda mitad, que algunos en el BCE todavía creen que es un supuesto razonable.
"Es una desaceleración significativa", dijo el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, a la cadena de radio francesa BFM Business el viernes. "No es una recesión y tenemos buenas razones para pensar que la desaceleración es temporal".
La nueva ronda de estímulo monetario del BCE incluye más préstamos para los bancos y un compromiso más largo para mantener bajas las tasas de interés.
Las dudas persistentes sobre la perspectiva aumentan la posibilidad de nuevas medidas si la desaceleración empeora. Una caída inesperada en los pedidos de fábrica de Alemania en enero fue otro motivo para la cautela, a pesar del repunte de la producción industrial de Francia.
El alcance del anuncio del BCE del jueves superó las expectativas de muchos economistas, pese a que las condiciones del financiamiento adicional para las instituciones financieras decepcionaron a algunos inversores.