El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el candidato demócrata, Joe Biden, se enfrentarán el jueves por la noche en su debate final de 90 minutos, pero el mayor riesgo para cada uno de ellos proviene de sus propias debilidades más que de su contendor.
En uno de los últimos puntos de inflexión potenciales de las elecciones de 2020, el jueves por la noche a las 9 p.m. hora de Nueva York, ambos hombres buscarán mejorar sus actuaciones del primer debate, que a juicio de consultores políticos de ambos partidos fue un encuentro desastroso.
Trump enfrenta el desafío más grande, ya que deberá suavizar su postura agresiva del primer encuentro, que le costó algo de apoyo, y defender un segundo mandato, una línea de argumentación con la que ha tenido dificultades anteriormente.
Biden, que lleva la delantera por casi 8 puntos porcentuales en el promedio de encuestas de RealClearPolitics, tiene la tarea más simple de evitar cualquier error que defina el debate y que cambie el status quo. Y necesita minimizar las reacciones a las provocaciones de Trump.
El debate, que se realizará en la Universidad de Belmont en Nashville, tendrá un cambio después de que Trump interrumpiera repetidamente a Biden durante el último enfrentamiento, en Cleveland. Los moderadores ahora silenciarán a cada candidato mientras el otro da su respuesta inicial de dos minutos sobre cada tema. No está claro si eso ayuda a Biden, quien tuvo dificultades para difundir su mensaje cuando Trump lo interrumpió, o a Trump, quien podría simular que está siendo silenciado.
Rob Stutzman, consultor republicano de California, dijo que Trump podría mejorar sus perspectivas de reelección con un desempeño más moderado que tranquilice a los votantes republicanos que se han distanciado por su combativa personalidad política.
¿Pero en realidad? “Simplemente no creo que pueda hacerlo”, dijo. El mayor riesgo para el exvicepresidente es verse deslucido. Dos minutos de debate ininterrumpido también podrían ser un riesgo para Biden, quien tiene la tendencia de un exsenador a hablar largo y tendido. Trump podría usar sus ocasionales pausas, o balbuceos, en su contra para reforzar su afirmación de que Biden es demasiado mayor para el cargo.
Y aunque una aparición la semana pasada en un foro de ABC News fue bien recibida, Biden dejó que el acoso de Trump lo afectara en el primer debate, cuando llamó “payaso” al presidente, un hecho que luego dijo que lamentaba. El debate será moderado por la corresponsal en la Casa Blanca de NBC News, Kristen Welker.
