El presidente Jair Bolsonaro desvinculó a su ministro de Salud en plena crisis del coronavirus, luego de que el médico se negara a ceder ante las demandas del líder brasileño de flexibilizar las políticas de distanciamiento social para reabrir una economía que está colapsando rápidamente.
Luiz Henrique Mandetta se había convertido en el centro de atención durante las sesiones informativas diarias del Ministerio de Salud y en innumerables entrevistas en los medios en las que llamó a los brasileños a quedarse en casa para reducir la tasa de nuevos contagios, dando tiempo al sistema de salud para que puedan atender a los enfermos. Mandetta anunció en una publicación de Twitter que Bolsonaro lo destituyó el jueves.
Mandetta será reemplazado por Nelson Teich, un oncólogo que tiene un doctorado en economía de la salud de la Universidad de York, informó la cadena de televisión pública TV Brasil. Trabajó como asesor informal durante la campaña presidencial de Bolsonaro en 2018 y fue considerado como candidato para ministro de Salud en ese momento. Fue presentado a Bolsonaro por el ministro de Economía, Paulo Guedes.
El cambio en el liderazgo llega en un momento crítico para Brasil, ya que la cantidad de muertes relacionadas con el virus está aumentando y los expertos advierten que aún faltan semanas para el pico de la pandemia. La relación de Mandetta con el presidente se había vuelto tensa cuando Bolsonaro desafió públicamente sus políticas de distanciamiento social, mezclándose con simpatizantes en las calles y calificando la pandemia de una “pequeña gripe”. No obstante, las encuestas recientes muestran que la postura del exministro de Salud es respaldada por la mayoría de los ciudadanos.
La medida puede avivar aún más las críticas de que Bolsonaro ha respondido lenta y erráticamente a la pandemia, que hasta ahora ha dejado más de 1.700 fallecidos en Brasil.
Muchos de los aliados de Bolsonaro han abandonado al presidente para apoyar al exministro de Salud, incluido el gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, y el gobernador de São Paulo, João Doria, quien dijo el miércoles que la salida de Mandetta sería un “desastre” porque el país correría el riesgo de ser “guiado por la política y la ideología en lugar de la medicina y la salud”. El presidente del Senado, Davi Alcolumbre, y presidente de la Cámara baja, Rodrigo Maia, también expresaron su respaldo a Mandetta.