Los Premios Oscar siguen siendo una fuente de ingresos para la red ABC de Disney y un motor de ventas en taquilla para las películas que obtienen grandes nominaciones. Sin embargo, cada año son menos y menos las personas que ven la ceremonia de entrega de premios en televisión y aquellos que sí lo hacen se encuentran con una sala llena de directores y productores blancos y hombres.
Los premios de este año, que se transmitirán el próximo domingo desde el Teatro Dolby en Los Ángeles, intentarán cambiar las cosas. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas ha tratado de conseguir que la ceremonia sea más atractiva, aunque se alejó de ideas controvertidas como incluir un premio a la mejor película popular. La organización también busca diversificar su membrecía.
Por primera vez en tres décadas los Oscar no tendrán anfitrión, aunque aquello no es intencional. Kevin Hart renunció a ser el presentador en diciembre tras publicar tuits homofóbicos que causaron indignación y no se buscó un reemplazo. Una cosa está clara: la academia no puede conformarse con el statu quo. La audiencia de la ceremonia cayó 20 por ciento el año pasado, lo que constituyó la menor cifra de rating de su historia.
Pese al descenso de la teleaudiencia, los precios de los anuncios del programa se han mantenido fuertes. Esto es un reflejo de lo difícil que es para los profesionales del marketing llegar a una gran audiencia en vivo en el panorama fragmentado de los medios actuales. ABC recibe entre US$2 millones y US$2,6 millones por cada comercial de 30 segundos, según una persona conocedora del tema.
La cadena paga alrededor de US$75 millones al año por los derechos de transmisión de los Oscar y generó US$149 millones en ingresos por publicidad con la ceremonia del año pasado, un récord histórico, según Kantar Media. Si bien los Oscar siguen siendo lucrativos para ABC y la academia, que obtiene la mayor parte de sus ingresos a través de la transmisión, el evento también ayuda a llenar los bolsillos de los estudios de cine.
"La Forma del Agua", la mejor película del año pasado, experimentó un aumento de sus ventas en taquilla de 10 por ciento después de ganar, según Comscore. "Moonlight" agregó un 21 por ciento a sus ganancias brutas tras llevarse a casa el premio a la mejor cinta del año anterior. El solo hecho de ser nominada puede generar un incremento de las ventas, por lo que los estudios gastan mucho en hacer campaña durante la temporada de premiaciones.
No obstante, observe durante las entregas de premios de Hollywood y es posible que note algo: muchos hombres blancos. Es un hecho que Natalie Portman destacó en los Globos de Oro hace un año cuando presentó el premio al mejor director con la frase: "Aquí están los nominados, todos hombres".
Es un problema que va más allá de las películas de prestigio. De todos los directores cuyas películas ganaron al menos US$250.000 en ventas en taquilla en 2017, solo el 12 por ciento fueron mujeres, según el Sindicato de Directores de Estados Unidos. La industria tiene un puntaje aún peor en igualdad racial, ya que solo un 10 por ciento de esas cintas fueron dirigidas por una minoría, en comparación con el 17 por ciento de 2013, consigna el sindicato.
Las mujeres solo suman un Oscar a mejor director: Kathryn Bigelow, por "The Hurt Locker". Esa misma película es también la única dirigida por una mujer en más de 90 años en obtener el galardón a la mejor cinta. En definitiva, la preferencia de los votantes de los Oscar por películas más pequeñas y artísticas puede haber contribuido a los bajos ratings de los últimos años.
En el pasado, películas éxito de ventas como "Titanic" ganaron los premios más importantes de la academia. Triunfadoras más recientes como "Birdman" y "Moonlight" tuvieron suerte distinta. El último gran éxito de taquilla en adjudicarse el premio a la mejor película fue "El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey" hace 15 años.
En ese frente, los premios de este año ofrecen variedad. "Black Panther", película de superhéroes que generó más de US$1.300 millones en taquilla, es una de las nominadas a mejor cinta. Aun así, "Roma" de Netflix, película en blanco y negro de estreno limitado en cines, es la favorita para quedarse con la estatuilla.