Casa Blanca pierde esperanzas de estímulo previo a elecciones

El martes, la Casa Blanca parecía resignada a lo que la mayoría de los observadores de las negociaciones de estímulo fiscal habían concluido hace tiempo: no habrá un paquete de estímulo antes de las elecciones.

“Estamos seguros de que podremos conseguir algo en las próximas semanas”, dijo el martes la portavoz de la Casa Blanca, Alyssa Farah. Cuando se le preguntó en Fox News si eso significa que no será esta semana, dijo: “Esperamos que, dentro de unas semanas, no quiero adelantarme demasiado a ningún anuncio”.

La salida de los senadores estadounidenses del Capitolio el lunes para un receso preelectoral ya había hecho prácticamente imposible la logística para aprobar un proyecto de ley antes del día de las elecciones.

El fracaso de las negociaciones de meses deja a la economía más vulnerable a los daños de una pandemia de coronavirus resurgente. La forma de cualquier paquete de estímulo posterior al 3 de noviembre tampoco está claro y probablemente se verá influenciado por los resultados.

Después de la última llamada entre la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, realizada el lunes, todavía no había un acuerdo sobre el tamaño (la última oferta de la Administración de Trump fue de US$ 1.9 billones y los demócratas pedían US$2,4 billones) ni el lenguaje de un proyecto de ley.

Enfoque en noviembre

“Volveremos en noviembre. La pregunta podría ser, ¿lograremos algo entonces?”, dijo el lunes el presidente del Comité de Asignaciones del Senado, Richard Shelby, republicano de Alabama.

Las acciones estadounidenses registraron el lunes la mayor caída desde principios de septiembre, en parte debido al reconocimiento de que el estímulo esperará las elecciones.

La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, trató de atribuir el impasse a Pelosi, señalando que “las posibilidades son escasas” de un acuerdo con el presidente antes de las elecciones. Los republicanos han dicho constantemente que los demócratas querían incluir artículos no relacionados con el covid-19, mientras que los demócratas acusaron a la Administración de no haber acordado un paquete lo suficientemente grande para la magnitud de la crisis.

“Si proporcionamos alivio de estímulo al pueblo estadounidense, debería ser solo eso”, dijo McEnany en Fox Business. “Así que depende de ella”.

Sin embargo, la Administración no ha llegado a declarar el fin de las conversaciones. Ambas partes tienen un motivo para mantener las negociaciones, ya que alejarse solo invitaría a los votantes a culparlos por acabar con las esperanzas de obtener un alivio.

“La presidenta de la Cámara de Representantes sigue optimista de que se pueda llegar a un acuerdo antes de las elecciones”, dijo en Twitter el portavoz de Pelosi, Drew Hammill, el lunes después de la llamada entre los negociadores. Pelosi ha utilizado un lenguaje similar durante alrededor de los tres meses que se han extendido las conversaciones.

Pelosi escribió a sus compañeros demócratas más tarde el lunes para decirles que las partes aún no están de acuerdo en una serie de temas, incluido un programa nacional de pruebas y rastreo de coronavirus, casi dos semanas después de que Mnuchin dijera que la Administración no permitiría que ese tema demorara un acuerdo.

Las encuestas muestran que el control tanto del Senado como de la Casa Blanca estará en juego el 3 de noviembre, lo que complicará las perspectivas de un acuerdo de estímulo postelectoral.

Una victoria del presidente, Donald Trump, y el continuo control republicano del Senado probablemente resultaría en un paquete más pequeño que el que busca Pelosi.

Escenarios electorales

Una victoria de Joe Biden y un cambio de la mayoría en el Senado a favor de los demócratas despejaría el camino para un estímulo a mayor escala, aunque eso también podría retrasar una votación hasta 2021, si los republicanos se resisten durante las semanas restantes con el control en la Cámara.

Un resultado dividido de las elecciones del 3 de noviembre podría traer una variedad de complicaciones adicionales. Pero en el ínterin antes de que asuma el nuevo Congreso, se requeriría que 13 republicanos en el Senado se unan a los demócratas para la aprobación de cualquier acuerdo. El liderazgo del Partido Republicano se ha mostrado escéptico sobre si los demócratas realmente conseguirán los 13 votos republicanos que necesitan.