El Banco Central de Chile mantuvo la tasa de interés sin cambios por decimotercera reunión consecutiva ante la desaceleración de un repunte más fuerte de lo previsto del crecimiento económico y el debilitamiento del peso. Los responsables de política monetaria, liderados por el presidente del banco, Mario Marcel, mantuvieron la tasa de interés en el 2,5 por ciento, según lo pronosticado por todos menos uno de los 21 analistas encuestados por Bloomberg.
La única excepción fue Dev Ashish de Société Générale, que anticipaba un aumento de un cuarto de punto. La medida más reciente en los costes de endeudamiento fue una bajada de tipos en mayo del año pasado. "El crecimiento económico ha sido mayor a lo previsto en el segundo trimestre, lo que ha reducido más rápido la brecha de actividad y ha consolidado las perspectivas de una convergencia más temprana de la inflación a la meta", dijeron los responsables de política en un comunicado que acompañaba la decisión del martes.
El banco central reiteró que el argumento para el estímulo monetario estaba disminuyendo después de que la economía se expandiese al ritmo más rápido desde 2012 en el segundo trimestre, encabezada por la inversión. Aun así, la producción industrial y manufacturera cayó inesperadamente en julio, el desempleo subió a un máximo de siete años y el crecimiento de las ventas minoristas se estancó. Al mismo tiempo, el peso cayó, haciendo subir el costo de las importaciones.
Analistas de BBVA dijeron en un comentario la semana pasada que el vagón de la exuberancia, al que muchos agentes del mercado se habían subido, había efectuado su primera parada en una ruta que todavía consideraban favorable en términos de crecimiento e inversión. Los swaps chilenos a un año, una indicación de lo que los inversores esperan que suceda con las tasas de interés en los próximos 12 meses, han caído del 2,92 por al 2,875 por ciento desde que comenzaran a conocerse los datos económicos de agosto. La economía se había disparado en el segundo trimestre y el producto interno bruto aumentó un 5,3 por ciento respecto al año anterior. La inversión se expandió un 7,1 por ciento durante el mismo período, el mayor salto desde el segundo trimestre de 2013.
Pero todo cambió en julio. La producción manufacturera cayó inesperadamente un 1,4 por ciento respecto al año anterior, el desempleo subió al 7,3 por ciento y las ventas minoristas apenas ganaron un 0,1 por ciento. Un mes después, el índice de confianza empresarial caía a su nivel más bajo del año.
El cobre, que representa aproximadamente la mitad de las exportaciones del país, ha caído un 19 por ciento en los últimos tres meses, por temor a que una guerra comercial reduzca la demanda de China. El peso cayó un 8,9 por ciento en el mismo período. Leonardo Suárez, director de estudios de Larraín Vial SA, dijo en un comentario el lunes que la firma anticipaba que la subida de tasas llegará en el segundo semestre de 2019, cuando la demanda interna vuelva a despegar. Antes de ello, los riesgos de una guerra comercial y su impacto en Chile hacen desaconsejables los aumentos de tasas, señaló.