Mantener casas y oficinas frescas en el futuro generará un aumento de la demanda mundial de electricidad equivalente al consumo total actual de la Unión Europea.
China y Estados Unidos representaron el 54% de los 1.932 teravatios por hora de electricidad utilizados por dispositivos de aire acondicionado residencial y comercial en 2018, según una investigación de BloombergNEF. Arabia Saudita, India y Japón son los siguientes países en el listado y completan un grupo que representa dos tercios de la demanda mundial.
Para mediados de siglo, la demanda de aire acondicionado a nivel planetario se duplicará con creces a 4.764 teravatios por hora, lo que equivaldrá a más del 12 por ciento del consumo total de electricidad, consignó BNEF.
Las ventas de acondicionadores de aire han aumentado desde comienzos de la década, de 85 millones de unidades en 2010 a 110 millones en 2017, agregó BNEF. El aumento de la población y los ingresos y la caída de los precios unitarios propiciarán el crecimiento, en particular en economías emergentes como Indonesia y Vietnam.
La Agencia Internacional de Energía señaló el año pasado que la creciente demanda de electricidad para aire acondicionado es "uno de los puntos ciegos más críticos en el debate energético actual". Será la mayor fuente de incremento de la demanda después de la industria en el año 2050, con graves consecuencias para el clima a menos que se empleen tecnologías de eficiencia energética.
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El aire acondicionado es uno de los electrodomésticos de mayor uso en el verano. Para gastar menos electricidad además de cerrar puertas y ventanas para evitar el ingreso de aire exterior, se recomienda fijar la temperatura en 24 °C para un consumo eficiente. Cabe destacar que como alternativa, por ejemplo, un ventilador consume hasta nueve veces menos que uno de estos aparatos.
Por otro lado, según advierten los especialistas, el mal uso de los equipos (ponerlo a menos de 22º) puede generar tos, faringitis y broncoespasmos o desencadenar infecciones y, en personas con alergia o asma, agravar el cuadro preexistente. Debido a la falta de limpieza de los filtros, los aparatos acumulan hongos, gérmenes y otros microorganismos que pueden provocar problemas a la salud así como los cambios bruscos de temperatura.