Los cubanos votaron el domingo sobre una Constitución nueva, la primera en más de 40 años, la cual enfatiza el objetivo de atraer inversión extranjera. Si bien el referéndum no afectará el control del Partido Comunista, el Gobierno lo considera una forma de ratificar la apertura gradual de Cuba después de la Guerra Fría a inversores externos y empresas privadas. El presidente Miguel Díaz-Canel pidió a los aproximadamente 8 millones de votantes de la isla que respalden la revisión. Los opositores del Gobierno hicieron un llamamiento a un boicot o a un voto en contra.
"Atraer inversión extranjera será clave para la economía en crisis de Cuba", dijo por correo electrónico Alana Tummino, jefa del grupo de trabajo de Cuba en Americas Society/Council of the Americas en Nueva York. "Será interesante ver si estos cambios constitucionales crean una nueva estrategia para impulsar esta agenda".
Aun así, con el control de un solo partido consagrado en la nueva carta, "no se trata de un nuevo orden político y económico", dijo. Los resultados están previstos para el lunes.
El documento refleja los cambios en la economía de Cuba desde la normalización de las relaciones con Estados Unidos durante el mandato de los ex presidentes Barack Obama y Raúl Castro. El reconocimiento de la propiedad privada podría fortalecer el estatus legal de los trabajadores por cuenta propia según futuras reformas del sector privado. Para promover la inversión externa, Cuba aprobó una ley en 2014 que ofrece incentivos fiscales a empresas conjuntas entre inversores cubanos y extranjeros.
El documento refleja los cambios en la economía de Cuba desde la normalización de las relaciones con Estados Unidos durante el mandato de los ex presidentes Barack Obama y Raúl Castro.
Díaz-Canel respaldó el "sí" en Twitter con la etiqueta de #SomosContinuidad, un guiño a la continuidad del Partido Comunista, que ha estado en el poder durante 60 años. La Constitución de Cuba se remonta a 1976, cuando Fidel Castro estaba en el poder. El senador de Florida, Marco Rubio, vehemente opositor del régimen cubano, dijo que el referéndum era "otra maniobra de la dictadura cubana para mantener su control sobre el poder".