Un proyecto de ley que abriría vastas reservas de petróleo frente a las costas de Brasil a las mayores petroleras del mundo se ha estancado debido a desacuerdos entre el Gobierno federal, estados y municipios sobre cómo repartirse el botín.
Algunos de los miembros más veteranos de las Administraciones saliente y entrante de Brasil pasaron la mayor parte del miércoles en conversaciones sobre cómo dividir los ingresos de una posible ganancia inesperada de US$32.000 millones. Pero el miércoles por la noche el presidente del Senado, Eunicio Oliveira, dijo a la cámara alta que aplazaría la votación otra semana para dar tiempo a un acuerdo.
De ser aprobada, la legislación de Transferencia de Derechos eliminaría la exclusividad de la estatal Petrobras para explotar una parte de la llamada área pre-sal, donde se encuentran algunas de las mayores reservas. Grandes petroleras como Exxon Mobil Corp. y Royal Dutch Shell Plc. han expresado interés en los bloques que, según la Agencia Nacional del Petróleo, podrían subastarse para mediados de 2019.
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Pero los productores necesitan seguridad judicial y un acuerdo entre las partes interesadas antes de gastar miles de millones de dólares para acceder a reservas en aguas profundas ubicadas a más de 160 kilómetros de la costa.
Parte de la disputa afecta a los derechos de 5.000 millones de barriles de petróleo que el Gobierno transfirió a Petrobras en 2010 como pago por acciones que compró en la compañía durante una venta de acciones por US$70.000 millones. Cuando la compañía perforó la zona, encontró mucho más crudo de lo especificado en el acuerdo, dejando al Gobierno con un superávit.