La elección para el jefe de un organismo de supervisión de la democracia en América Latina se ha convertido en una prueba de popularidad de la política de línea dura de Donald Trump contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
La Organización de Estados Americanos, con sede en Washington, tiene previsto elegir a su secretario general en una sesión que se celebrará a las 11 a.m. el viernes. Luis Almagro, el actual presidente respaldado por Estados Unidos, que ha calificado en reiteradas oportunidades a Maduro de dictador, está postulando a otro mandato de cinco años. Su oponente, María Fernanda Espinosa, excanciller ecuatoriana, cuenta con países que buscan un enfoque menos confrontativo del régimen venezolano, como México y Argentina, como sus principales aliados.
La administración Trump y sus aliados, incluida Colombia, han buscado la destitución de Maduro y la realización de nuevas elecciones después de que ganara una votación en 2018 que, según sus opositores y muchos observadores internacionales, estuvo llena de irregularidades. México y Argentina sostienen que derrocarlo interferiría con la soberanía de otra nación.
El peruano Hugo de Zela, un tercer candidato que había promovido el diálogo con la OEA para resolver la situación en Venezuela, se retiró de la carrera esta semana. Eso probablemente aumenta las posibilidades de Almagro, dijo Benjamin Gedan, subdirector del programa para América Latina de Wilson Center, un grupo de expertos con sede en Washington. Los 34 países miembros celebrarán una votación secreta, cada uno con un voto, y el ganador necesita una mayoría simple.
“La atención de Almagro hacia Venezuela refleja la gravedad de la crisis, incluido un colapso democrático, una pesadilla humanitaria y una emergencia de refugiados”, dijo Gedan. “Pero su enfoque ha alejado a muchos gobiernos. Almagro ha sido inusualmente abierto para ser un secretario general y está dispuesto a promover medidas sin un consenso regional, contrario a lo que ha sido la tradición de la OEA”.
El brote de coronavirus ha complicado la logística de la votación del viernes. La organización anunció el martes que el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos inspeccionaría su sede antes de la reunión como medida de seguridad. El propio Almagro se sometió a una prueba la semana pasada que resultó negativa después de tener contacto con una persona infectada.
Las naciones del Caribe y México han pedido retrasar la votación, aludiendo a los peligros de reunirse en medio del brote.