La economía de Catar no está en la mejor forma conforme finaliza una serie de proyectos de construcción para la Copa Mundial de fútbol en 2022.
A medida que caen los alquileres y que gran parte de la construcción de estadios llega a su fin, el impacto está empezando a desgastar la economía de US$192.000 millones. El PIB, excluyendo la extracción de petróleo y gas, se contrajo por primera vez desde que comenzaron los registros de datos en 2012, con una caída anual del 1,1% en el segundo trimestre, según la Autoridad de Planificación y Estadísticas de Catar.
La construcción, la fabricación, el comercio mayorista y minorista están contrayéndose, según mostraron datos publicados el martes. En general, la economía del mayor exportador mundial de gas natural licuado se contrajo 1,4% con respecto al año anterior.
Durante años, la economía ha crecido a buen ritmo, impulsada por las obras de infraestructura por un total de US$200.000 millones a fin de prepararse para el mayor evento deportivo del mundo. Junto con otras medidas para diversificarse del petróleo y el gas, la construcción enérgica y los altos precios de las propiedades mantuvieron el motor en marcha.
Pero ya se construyeron dos de los ocho estadios para la Copa del Mundo, y el resto está previsto que se completen para finales del próximo año. El nuevo sistema de metro de Catar también está operativo tras la apertura de su primera línea a principios de este año.
- La construcción se contrajo en un 3,5% anual en el segundo trimestre, solo su segunda caída desde que comenzó la serie de datos
- Ventas mayoristas y minoristas cayeron 1,2% respecto al año anterior
- Trimestralmente, la fabricación, las propiedades inmobiliarias y las finanzas crecieron entre abril y junio
“En general, la economía se mantuvo relativamente estable frente al trimestre anterior”, dijo Akber Khan, director sénior de gestión de activos de Al Rayan Investment en Doha. Una expansión prevista de las instalaciones de GNL del país también es una buena señal para las perspectivas de Catar, ya que el aumento de la capacidad podría generar US$40.000 millones en ingresos de exportación adicionales.
No obstante, el entusiasmo económico que rodea la Copa del Mundo se está evaporando. Asimismo, la caída de turistas y de negocios de los países vecinos han infligido lentamente daños desde mediados de 2017. Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Egipto cortaron abruptamente las relaciones y suspendieron la mayoría de los viajes al pequeño país peninsular en el Golfo.
La demografía es otro factor. El crecimiento de la población, que ya se estaba desacelerando cuando comenzó el embargo, ha disminuido. En 2018 creció solo un 1,3% a 2,8 millones. “Hay poco que nos haga sentir optimistas sobre el panorama para el resto del año”, dijo Maya Senussi, economista sénior de Oxford Economics. “La principal preocupación es el exceso de oferta” ante la Copa Mundial 2022.