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TECNOLOGÍA

Las entregas de compras online generan caos en el correo de Indonesia

El auge de las compras online que debería ayudar al servicio postal en realidad lo está perjudicando porque los entes reguladores han fijado precios de entrega de encomiendas sumamente bajos.

General Operations at POS Indonesia
General Operations at POS Indonesia | Photographer: Dimas Ardian/Bloomberg

Las oficinas de correos deben afrontar en todas partes el hecho de que se envían muy pocas cartas en la actualidad. En Indonesia, sin embargo, el auge de las compras online que debería ayudar al servicio postal en realidad lo está perjudicando porque los entes reguladores han fijado precios de entrega de encomiendas sumamente bajos, según Gilarsi Wahyu Setijono, exbanquero de inversión de Merril Lynch que es presidente del servicio postal desde 2015.

“Los aranceles están por debajo de nuestros costos comerciales”, dijo Setijono en una entrevista reciente en Yakarta. “He pedido muchas veces un ajuste”.

La extensa geografía de Indonesia hace que las compras online sean una bendición para los consumidores, pero plantean una dificultad a quienes deben entregar los paquetes, con frecuencia a través del agua y las montañas. Para 2022, el mercado de comercio electrónico del país crecerá de US$8.000 millones el año pasado a US$65.000 millones, según McKinsey. Y el correo cargará con buena parte de ese peso, expidiendo 4,4 millones de encomiendas de compras online cada día, seis veces más que en la actualidad.

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En EE.UU., el presidente Donald Trump ataca a Amazon.com por tratar al Servicio Postal de “recadero” y pagar menos de lo que debería por los envíos, pero el negocio de las encomiendas constituye un punto positivo para el correo. Sus pérdidas -US$656 millones solamente en el segundo trimestre- derivan de una caída de los volúmenes de cartas y los costos más altos de los beneficios de salud y retiro.

En el caso del correo de Indonesia -la empresa estatal PT Pos Indonesia-, las finanzas no están tan mal en este momento, pero Setijono dijo que la carga de enviar paquetes agravará la situación con cada trimestre que pase. Las ganancias se desplomaron 18 por ciento el año pasado. Para que el servicio postal de 272 años de antigüedad funcione mejor, Setijono lleva a cabo una reestructuración. Está escindiendo una unidad de logística, desarrollando un nuevo negocio para tramitar los pagos digitales y planeando la primera venta de bonos de la compañía, una emisión de 1 billón de rupias (US$60 millones).

Una cosa que nadie puede cambiar es la geografía de Indonesia. El país tiene tantas islas que el año pasado el gobierno inició un censo para obtener un recuento oficial. Según el último cálculo, había más de 18.000 diseminadas en una cadena que se extendería desde Nueva York hasta Alaska.

Por esa razón -amén de rutas y puentes malos- los envíos y otros tipos de logística consumen un 23 por ciento del producto interno bruto nacional, según cifras gubernamentales. También por eso más de la mitad de las 4.800 sucursales del correo se encuentran en lugares que no son comercialmente viables, dice Setijono. El gobierno fija la tarifa de correos en unas 268.000 rupias (US$16). Por la misma entrega, el transportista privado JNE Express cobra 430.000 rupias, según su calculadora de tarifas online.

Discrepancias de ese tipo son las que han molestado a Setijono desde que asumió el puesto máximo en el correo hace tres años. Él quiere que el mercado establezca los precios y no el Ministerio de Comunicaciones, que no sube las tarifas desde 2009, pese a que la economía alcanzó un crecimiento anual promedio de 5,5 por ciento. “Está lejos de ser suficiente”, dijo Setijono. “Tenemos la obligación de operar en áreas no viables. En la cima de una montaña o en islas remotas, debemos funcionar donde están nuestros ciudadanos”.