El fundador de una de las compañías británicas de suministro de energía tiene una nueva empresa y piensa dedicarla a ofrecer en los próximos cuatro años servicios de taxis aéreos entre ciudades que despeguen y aterricen de forma vertical.
Vertical Aerospace, que dirige el máximo responsable Stephen Fitzpatrick y cuenta con ingenieros que trabajaron en Airbus y Boeing, acaba de completar su primera prueba de vuelo exitosa de un prototipo de vehículo no tripulado.
“Nos hemos concentrado en el mercado de viajes de corta distancia entre ciudades”, dijo en una entrevista. “Esperamos que nuestros vehículos piloteados lleven pasajeros de una ciudad a otra y que salgan de lugares cercanos a sus casas, no necesariamente de aeropuertos”.
La firma de Fitzpatrick, que él mismo ha financiado, no es el único actor en la competencia global por producir vehículos que aterricen y despeguen de forma vertical, y muchos de sus rivales han comenzado con más fuerza. Un estudio de Deloitte publicado en enero describió investigaciones y creación de prototipos de drones de pasajeros y autos aéreos que se remontan a principios de la década de 1980, casi ninguno de los cuales está aún en producción.
Airbus y Boeing tienen planes avanzados de taxis aéreos, y el CEO de Boeing, Dennis Muilenburg, dijo en enero que se crean “prototipos reales” con la perspectiva de que aparatos autónomos puedan sobrevolar las calles de las ciudades dentro de 10 años. El gobierno de Japón baraja tiempos similares, al igual que el CEO de Uber.
Pero Fitzpatrick, que es también CEO de Ovo Energy Ltd., no es un recién llegado al mundo de la tecnología vehicular de avanzada y confía en que su equipo de ingenieros pueda concretar su ambición. En 2015, un año antes de fundar Vertical Aerospace, compró el equipo de Fórmula Uno Manor Marussia días antes de que los administradores subastaran sus autos de carrera luego de sumirse en una crisis financiera.
“Vi una oportunidad de negocio en la aplicación de la tecnología de Fórmula 1 a la aviación para transformar los viajes de corta distancia y reducir los tiempos en rutas como Londres-Madrid al eliminar la necesidad de despegar desde una pista”, dijo.
La compañía dijo que el vuelo de prueba de su prototipo eléctrico no tripulado, que parece una versión del tamaño de un auto de muchos drones de consumo populares, se realizó con éxito en un pequeño aeropuerto inglés en junio. Sólo pudo volar unos cinco minutos, dijo una portavoz de la startup, pero puede desarrollar velocidades de hasta 80 kilómetros por hora (50 millas por hora). Se apunta a que modelos piloteados recorran distancias de 800 kilómetros (5.000 millas) con pocos pasajeros.
La Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido otorgó permiso para que Vertical Aerospace llevara a cabo su prueba de vuelo, pero existen enormes obstáculos de regulación para toda empresa que invierta en esa tecnología. Por ejemplo, ¿cuál es la cantidad razonable de energía de reserva necesaria para vehículos eléctricos con capacidad de vuelo? ¿Los pilotos necesitarán una licencia? ¿En qué parte del cielo podrán volar?
“Sabemos que pasará mucho tiempo antes de que los entes reguladores y los pasajeros acepten esto”, dijo Fitzpatrick. “Demostrar que la tecnología funciona difiere mucho de demostrar que nunca falla, que es lo que exige la regulación aérea”.