La inversión mundial en petróleo se estancará este año e incluso podría disminuir debido a que los productores están enfrentando una creciente inflación y una volatilidad en los precios provocada por la guerra de Rusia en Ucrania, según el Foro Internacional de la Energía (FIE).
Los precios del crudo han aumentado tras la invasión en febrero, ya que la incertidumbre en torno a la seguridad del suministro ha perturbado a los mercados. Mientras tanto, la OPEP y sus aliados han tardado en revertir los recortes de producción coordinados, y algunos miembros del grupo además han tenido dificultades para recuperar la producción en medio de protestas políticas.
Además, el aumento de costos de los proyectos de energía y los problemas en las cadenas de suministro hacen que sea más difícil conseguir equipos, lo que podría desalentar el gasto, señaló la entidad de asesoría con sede en Riad.
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“Estos problemas hacen que las decisiones de inversión sean más desafiantes y menos probables”, señaló en una entrevista el secretario general del FIE, Joe McMonigle. “Para 2022, parece que la situación no mejorará y podría empeorar aún más”.
Se prevé que la inversión esté por debajo de los US$441.000 millones gastados en 2019 por tercer año consecutivo, lo que pone en peligro la seguridad energética futura, según el FIE. La agencia indicó en un informe de diciembre con IHS Markit, la unidad de investigación de S&P Global Platts, que el gasto debe mantenerse en alrededor de US$525.000 millones al año hasta 2030 para satisfacer la demanda mundial de crudo y sus productos.
Arabia Saudita, el líder de facto de la llamada Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, ha criticado la falta de gasto de la industria, diciendo que eso es lo que ha generado los problemas de suministro subyacentes del mercado.
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“Va a haber mucha presión sobre la capacidad sobrante y eso va a ser alcista para los precios”, dijo McMonigle. Solo productores como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos podrán bombear una cantidad significativamente mayor de petróleo (entre ambos bombearán alrededor de 2 millones de barriles de capacidad adicional), mientras que los aumentos de la producción de Estados Unidos han sido más lentos de lo esperado, agregó.
El petróleo de referencia internacional Brent ha subido alrededor de un 50% en lo que va del año, mientras que los productos derivados del petróleo también han alcanzado máximos de varios años ante el ajuste de los mercados. En el segundo semestre de 2022, se observarán precios más altos y una mayor volatilidad en los mercados de crudo, sostuvo McMonigle, y es probable que los suministros lleguen al límite a medida que China y otros países de Asia reviertan los cierres por el covid-19 mientras la demanda de combustible para aviones se recupera.
La OPEP+ podría bombear más cuando su programa actual de reducciones de suministro finalice en agosto. El grupo ha designado a un nuevo secretario general, una oportunidad para un cambio de política, dijo McMonigle. “Se avecina un cambio, pero en realidad no está claro cuál es”, señaló.