La inesperada muerte del jefe de una compañía automotriz, Sergio Marchionne, genera preguntas incómodas sobre cuánta información relacionada con temas de salud deben dar a los mercados los ejecutivos enfermos o sus empresas.
La revelación de un hospital de Zúrich –donde falleció el máximo responsable de 66 años– de que Marchionne se venía tratando hacía más de un año generó un debate sobre si debería haber informado antes a su empleador acerca de su condición o si Fiat Chrysler Automobiles NV minimizó su gravedad.
Pero los abogados dicen que la falta de revelación sobre su salud muestra cómo, en tales circunstancias, los derechos firmemente arraigados de los europeos a la privacidad pueden anular las obligaciones de compartir con los inversores las noticias sobre una enfermedad grave.
"La protección de los datos personales es un derecho fundamental en Europa; la privacidad es la regla y la divulgación de datos personales, la excepción, especialmente cuando se trata de información médica", dijo Tom De Cordier, socio especializado en derecho de privacidad en el estudio jurídico CMS DeBacker en Bruselas. "En el marco de Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea, los datos médicos y relacionados con la salud gozan de una protección mayor que los datos personales ‘normales’", agregó.
Fiat Chrysler confirmó por primera vez el 5 de julio que Marchionne había sido sometido a una operación de hombro por una dolencia no especificada, la cual requeriría solo un "breve período de convalecencia". El 21 de julio, la compañía nombró un sucesor y afirmó que Marchionne, un ítalo-canadiense, no volvería a trabajar. Cuatro días después, Marchionne murió en el hospital de Zúrich.
"La protección de los datos personales es un derecho fundamental en Europa; la privacidad es la regla y la divulgación de datos personales, la excepción, especialmente cuando se trata de información médica", dijo Tom De Cordier
Lo que es fundamental, la empresa dijo que no tenía "conocimiento de los hechos" con respecto a la enfermedad de su ex máximo ejecutivo hasta días antes de anunciar su renuncia, afirmación respaldada por la familia de Marchionne.
El caso de Apple
La historia lleva a comparar el caso con el de Steve Jobs, el cofundador de Apple Inc., a quien se atribuyó haber revivido la fortuna del gigante de la tecnología por cuenta propia. Los accionistas elogiaban a Marchionne por el rescate de Fiat y Chrysler y creían que el futuro de una compañía fusionada estaba entrelazado con su liderazgo.
Marchionne, que había salvado a Fiat de la bancarrota cuando asumió el control en 2004 y luego pasó a rescatar a Chrysler fusionando a las dos compañías, era tan importante que el informe anual del grupo incluía una divulgación de riesgos sobre él. A pesar de que planeaba retirarse en abril de 2019, "es fundamental para la ejecución de nuestra dirección estratégica y la implementación de nuestro plan de negocios", reza el documento.
En 2009, Jobs divulgó que estaba luchando con un "desequilibrio hormonal". Una quincena más tarde anunció que se tomaría una licencia médica sin dar detalles. Resultó que esta era para un trasplante de hígado y Apple recibió críticas por la falta de transparencia, dada la importancia de Jobs para la compañía.