El coronavirus y el bajo precio del petróleo están impactando tanto el negocio de los combustibles que plantas de etanol están cerrando. Algunas tal vez nunca vuelvan a abrir.
Toda la industria de los biocombustibles está ante un ajuste de cuentas. Mucho antes de que la pandemia vaciara carreteras y exacerbara una guerra de precios del petróleo, los productores ya luchaban contra la sobreoferta crónica y la agitación comercial. Ahora la caída de la demanda y los precios significa que los productores más pequeños y aquellos con grandes deudas tendrán dificultades para resistir las pérdidas.
“Cuando salgamos de estos dos eventos Cisne Negro, la guerra de precios del petróleo y ahora el coronavirus, probablemente veremos una industria diferente”, dijo Todd Becker, director ejecutivo del productor estadounidense de etanol Green Plains Inc. “Definitivamente hay plantas que se quedarán sin capital”.
Percibida como una alternativa más ecológica a la gasolina y una vez promovida como una forma para que los países se alejen del petróleo extranjero, la industria se enfrenta a otro duro golpe. Plantas de etanol a base de maíz están cerrando en todo Estados Unidos, los productores brasileños de combustible a base de caña de azúcar se están hundiendo aún más en la deuda y los esfuerzos por usar más biocombustibles están en peligro en Asia. En Europa, los productores están reduciendo o fabricando materia prima para desinfectante de manos.
La gasolina estadounidense alcanzó un mínimo de 20 años y los precios en estaciones de servicio ya están por debajo de US$1 por galón en algunos estados. Eso se debe a una guerra de precios del petróleo entre Rusia y Arabia Saudita que provocó el colapso de los mercados de crudo y el brote de virus que ha afectado la demanda.
Si bien tener combustible barato es una buena noticia para los consumidores, perjudica a productores de biocombustibles y a agricultores estadounidenses, que venden aproximadamente un tercio de sus cultivos de maíz a la industria del etanol.
Valero Energy Corp., la segunda refinería de petróleo de EE.UU., ha cerrado temporalmente dos plantas y no cumplirá con algunos contratos. Andersons Inc. está suspendiendo operaciones en sus plantas y POET ha “suspendido temporalmente las compras de maíz en varios lugares”. Pacific Ethanol Inc. está reduciendo la producción hasta en 60%.
Problemas de almacenamiento
Los productores están luchando por encontrar almacenamiento a medida que la demanda se hunde. Según Green Plains, entre tres y cuatro mil millones de galones de producción en EE.UU. podrían quedar estáticos en los próximos 30 días.
“En algún momento, los tanques se llenan, los vagones también y usted comienza a llenar tazas de café en la cafetería”, dijo Monte Shaw, director ejecutivo de la Asociación de Combustibles Renovables de Iowa. “Entonces, se cierra la planta”.
La imagen es igualmente sombría en Brasil, donde los molineros se enfrentan a precios más bajos tanto del azúcar como del etanol. El sector se está ahogando en deuda denominada en dólares a medida que el real brasileño se hunde a un mínimo histórico.
Incluso antes de que el virus generara una caída de más de 50% en el consumo de combustible brasileño en una semana, el sector ya había sido impactado por un “huracán” financiero, dijo Alexandre Figliolino, socio de MB Agro. Más de 50 fábricas cerraron desde 2011 y más de 70 han solicitado protección por bancarrota.
En Europa, donde más de 70% del aceite de colza se usa para producir biodiesel, la incertidumbre sobre el futuro de la demanda está causando problemas a los proveedores, según dijo el investigador F.O. Licht en un informe. Alcogroup, con sede en Bruselas, dijo la semana pasada que estaba reduciendo la producción de etanol en 30%. Si bien hay una demanda muy alta de etanol de grado industrial, el mercado de combustibles continúa “cayendo en espiral”, comentó F.O. Licht.
En Asia, los precios del aceite de palma alcanzaron la prima más alta en comparación con el diésel en años, un aumento que probablemente pondrá en peligro los esfuerzos de Indonesia y Malasia por usar más biocombustible en casa.
Pasará un tiempo antes de que las economías se recuperen del virus. En EE.UU., un resurgimiento probablemente recuperará la demanda de etanol en el cuarto trimestre, dijo Dan Kowalski, vicepresidente de investigación de CoBank, un prestamista de US$145.000 millones para la industria agrícola.
“Anticipamos que las plantas de etanol continuarán cerrando la capacidad”, dijo Kowalski. “Hasta no ver una recuperación de los precios de la gasolina y del etanol, la situación del etanol seguirá siendo muy grave”.