Un tribunal turco dejó en libertad al pastor estadounidense Andrew Brunson, luego de mantenerlo en prisión durante casi dos años, lo que elimina una fuente de tensión clave entre Turquía y Estados Unidos.
Un tribunal de Esmirna condenó a Brunson, un pastor evangélico de Carolina del Norte de 50 años, y lo sentenció a tres años, 1 mes y 15 días de cárcel, pero eliminó todos los controles judiciales y lo liberó después de tener en cuenta las reducciones de sanciones y el tiempo cumplido.
Brunson había sido acusado de colaborar con grupos terroristas y participar en un intento de golpe de estado en Turquía en 2016. Su encarcelamiento prolongado llevó a EE.UU. a imponer sanciones a dos ministros turcos y amenazar con nuevas penas si no lo liberaban.
Brunson había vivido en la ciudad costera del mar Egeo de Esmira durante más de 20 años antes de ser arrestado por cargos de espionaje en 2016 como parte de un operativo tras el fallido golpe de Estado contra el presidente Recep Tayyip Erdogan. Pasó a arresto domiciliario en julio debido a problemas de salud, pero las autoridades de EE.UU. esperaban que lo liberaran en ese momento.
La detención de Brunson y la negativa de Erdogan a liberarlo a pesar de la intensa presión de la Casa Blanca, fue un factor importante en el abrupto quiebre de las relaciones entre EE.UU. y Turquía en los últimos meses. Furioso por la negativa turca de liberarlo, el presidente Donald Trump duplicó en agosto los aranceles a Turquía e impuso sanciones a dos altos funcionarios turcos involucrados en la detención de Brunson.
Las autoridades turcas habían buscado sostener reuniones con EE.UU. para negociar una resolución al caso Brunson y otros asuntos, pero en agosto el Asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, declaró que no se mantendrían tales conversaciones hasta que Brunson fuera liberado. Mientras tanto, la lira turca continuaba su caída, perdiendo alrededor del 25 por ciento de su valor solo en agosto.
La Casa Blanca no hizo concesiones a Turquía para asegurar la liberación de Brunson, dijo un funcionario de EE.UU. No está claro si, o cuando, EE.UU. retirará las sanciones impuestas a las autoridades turcas en respuesta a su detención.
Las autoridades esperaban que la liberación de Brunson sirviera como catalizador para mejorar los lazos entre Turquía y EE.UU. Turquía ha desempeñado un papel en la lucha contra el Estado Islámico en la vecina Siria y tiene el segundo ejército más grande en la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Al mismo tiempo, Erdogan ha puesto a los líderes estadounidenses cada vez más nerviosos debido a su tendencia hacia el autoritarismo y la búsqueda de mejores vínculos con Rusia.
"Si bien nos sentimos aliviados por la decisión de hoy sobre la injusta detención del pastor Brunson, seguimos preocupados por el pueblo turco", dijo el viernes la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional en una declaración. "Turquía debe seguir trabajando para tratar a todos sus ciudadanos por igual y con respeto a su libertad religiosa".
Otras tres personas detenidas en Turquía han aumentado aún más la tensión entre EE.UU. y Turquía. Entre ellos, el científico de la NASA Serkan Golge y tres empleados turcos de la misión de EE.UU. en Turquía, que según EE.UU. son inocentes y Turquía los retiene para obtener concesiones en otros puntos de tensión en la relación.
Esos son solo algunos de los obstáculos para una mejora sostenida de los vínculos entre las dos naciones.
"Los problemas más serios, incluidos los planes de Turquía para comprar misiles S-400 de Rusia y el apoyo de EE.UU. a las fuerzas kurdas de YPG en Siria todavía los están dividiendo", dijo por teléfono Ercan Citlioglu, analista de la Universidad Baskent con sede en Ankara, después de la decisión. La liberación de Brunson podría, sin embargo, "ofrecer una ventana de oportunidad para que ambas partes se sienten y resuelvan sus diferencias en esos temas".
