El huracán Sally amenaza con provocar inundaciones extremas que podrían causar daños y pérdidas por US$5.000 millones en Misisipi, Alabama y el Panhandle de Florida, incluso cuando los vientos de la tormenta caen antes de tocar tierra.
El camino de Sally se ha desplazado hacia el este, lo que reduce la posibilidad de que Nueva Orleans reciba un golpe directo, pero deja abierta la posibilidad de inundaciones generalizadas en todo el sur de EE.UU. Los vientos máximos de la tormenta cayeron a 129 kilómetros por hora, en comparación con los 136 kmph del martes. Sally es un huracán de categoría 1 en la escala Saffir-Simpson de cinco pasos.
“Es posible que se produzcan inundaciones históricas por Sally, con inundaciones repentinas que pongan en peligro la vida hasta el miércoles a lo largo de partes de la costa norte del Golfo”, escribió Stacy Stewart, pronosticadora del Centro Nacional de Huracanes, en su perspectiva.
EE.UU. ha sido golpeado por desastres naturales este año, con incendios forestales que devastan el oeste, tormentas que causan daños por miles de millones de dólares en el este y a lo largo de la costa del golfo y un derecho que arrasó el medio oeste a principios de este verano.
Con la aparición de la tormenta tropical Vicky, la cuenca del Atlántico ha producido 20 tormentas, la segunda mayor cantidad registrada. Solo 2005 tuvo más tormentas, con 28.
Los pronósticos habían señalado anteriormente que los vientos de Sally se fortalecerían a una velocidad justo debajo de un huracán mayor de categoría 3, pero esa amenaza ha disminuido. Algunos factores influyeron en esa caída de su fuerza, asegura Dan Kottlowski, meteorólogo de AccuWeather Inc.
El lento progreso de Sally hizo que agitara el agua fría de las profundidades del Golfo, lo que le quitó el combustible necesario para crecer, explica. Los huracanes dependen del agua tibia para fortalecerse. La tormenta también encontró cizalladura del viento, lo que rasgó su estructura y disminuyó su poder.
Sin embargo, Sally aún puede causar una destrucción generalizada. El agua puede subir hasta 2 metros a lo largo de partes de la costa del golfo y alrededor de la desembocadura del río Misisipi, y también se espera que Sally produzca inundaciones.
“Cada vez que el aumento supera el metro es muy problemático”, dice Kottlowski. Varios cientos de kilómetros cuadrados a lo largo de la costa podrían recibir más de 20 pulgadas de lluvia, lo que “clasifica como un gran potencial de inundación”.
Sally barrerá el borde oriental del área de producción en alta mar, detendrá algo de la perforación de petróleo y gas natural por un corto tiempo y agregará más interrupciones a la industria. Los huracanes Marco y Laura, así como la tormenta tropical Cristóbal, redujeron el trabajo en el Golfo esta temporada.
En todo el Golfo, poco más del 23% de las plataformas de producción han sido evacuadas, según la Oficina de Seguridad y Control Ambiental. Phillips 66 informó que cerraría su refinería Alliance en Louisiana antes de la tormenta.
Casi el 27% de la producción de petróleo y más del 28% del gas se han cerrado.
Las inundaciones podrían afectar los cultivos de algodón, maíz y maní en toda la región, aunque no se espera daños generalizados, afirma Don Keeney, meteorólogo de Maxar.
Siete tormentas han afectado a EE.UU. en 2020, entre ellas Laura, que devastó el suroeste de Luisiana, y el huracán Isaías, que dejó sin electricidad temporalmente a millones de personas en el noreste.
Además de Sally, hay otras tormentas en el Atlántico. El huracán Paulette se está desviando hacia el mar después de golpear a las Bermudas. Las otras tormentas, Teddy y Vicky, no serán una amenaza inmediata en tierra.
