CIENCIA
desgaste psicologico

El estrés, un enemigo en los tratamientos de fertilidad

Una de cada tres parejas renuncia a la fertilización asistida por el impacto emocional.

Alegría. Miguel Habud y Victoria tuvieron a Mike y Octavio tras batallar con cinco intentos.
| Cedoc

Cuando Miguel Habud y su pareja, Victoria, comenzaron hace cinco años un tratamiento de fertilización asistida para lograr ser padres, sabían que el camino no iba a ser fácil. Al estrés y miedo generados por los procedimientos médicos que tenían que atravesar se le sumaban la expectativa e incertidumbre con respecto a los resultados.

“Todo nos generaba dudas. No sabíamos si lo que estábamos haciendo iba a dar fruto”, le dijo a PERFIL el actor de 51 años. Tras cuatro intentos fallidos, la pareja se encontró en la encrucijada de iniciar o no un nuevo tratamiento: “No nos queríamos volver locos. Teníamos mucha angustia. La frustración del ‘no’ es tremenda, sobre todo para la mujer que es quien lleva la peor carga. Y, además, se le sumaba el alto costo”.

De esta forma, decidieron esperar un tiempo hasta que en 2012 Victoria le propuso a Miguel volver a intentarlo. Hoy gracias a la fertilización in vitro ambos se convirtieron en orgullosos padres de mellizos: Mike y Octavio nacieron el 23 de abril.

“La alegría de este momento borra toda la amargura de los anteriores. Creo que este proceso fue una etapa de maduración para recibirlos hoy con más ganas”, confesó el actor. 

Sin embargo, una de cada tres parejas argentinas que sufren problemas de fertilidad abandonan o interrumpen el tratamiento, a pesar de tener una cobertura médica que les permita seguir intentándolo, debido al alto impacto emocional que transitan durante el proceso de búsqueda del embarazo.

“La aplicación de inyecciones diarias, el tener que asistir a controles, la expectativa de la respuesta a la medicación, el miedo a los efectos colaterales y, principalmente, la incógnita del resultado generan mucho estrés y ansiedad que deben ser evitados con el fin de lograr mejores resultados”, explicó Blanca Campostrini, jefe del Servicio de Ginecología del hospital San Martín de La Plata.

Para Fabio Sobral, director médico de Pregna, los indicadores de estrés (como las hormonas cortisol y prolactina) están aumentados en mujeres que realizan tratamientos de fertilidad: “Hay trabajos que demuestran que la ansiedad y estrés en mujeres que hacen una fertilización in vitro se asocian a una tasa de embarazo más baja”.

Apoyo. Todos los métodos de reproducción asistida tiene un alto porcentaje de fracasos y repetir los ciclos de tratamiento sin lograr una concepción puede ser muy angustiante para la pareja. A esto se le suma el elevado costo de los procedimientos de alta complejidad –que varían entre $ 25 y $ 50 mil–, un problema que podría tener solución a partir de la reglamentación de la Ley de Fertilización Asistida.

“La mujer carga con el problema del estrés todo el día. Debe lidiar con los estudios que se realiza, los efectos de las hormonas y la expectativa de los resultados. A nivel laboral, tiene que acomodar su ausencia del trabajo para realizarse los estudios médicos y, a nivel personal, lidiar también con el tema pareja. Esto se refleja mucho en los encuentros sexuales, que termina teniendo como único objetivo concebir un bebé y se pierde todo el encanto, la pasión y la intimidad de la pareja”, sostuvo Laura Nasi, co-fundadora del Programa Stress “Fertilmente” de Pregna.

Para los especialistas consultados con PERFIL, contar con apoyo psicológico o emocional es fundamental para transitar el camino de la búsqueda del embarazo por medio de fertilización asistida. “No existe un único abordaje y diferentes terapias como la psicología o la medicina integrativa ayudan a las pacientes a estar mejor preparadas para afrontar los tratamientos”, manifestó Sobral. 

En el hospital bonaerense General San Martín, de La Plata, existe un gabinete de psicología para la atención de parejas infértiles antes y durante el tratamiento. En algunos centros privados como Pregna, se trabaja con programas de medicina integrativa. “Básicamente se trata de técnicas de relajación para poder lograr un equilibrio en la mujer que están viviendo una situación de estrés”, explicó Nasi.

El trabajo con un psicólogo fue muy importante para que Lorena González y su pareja, Alejandro, decidieran continuar con el tratamiento de fertilización asistida. “Hice terapia para superar el miedo a las agujas y también para poder resistir a los tiempos, que son muy largos. Esto hace que uno a cada rato se pregunte si es lo que quiere y hasta dónde llegar. Fue un camino muy duro, muy desgastante”, recordó Lorena que hoy disfruta de su embarazo de seis meses y espera ansiosa tener en sus brazos a Joan.

 

Una nueva molécula para la estimulación ovárica

La Anmat autorizó la comercialización de un nuevo medicamento destinado a la estimulación ovárica durante un tratamiento de reproducción asistida que permite disminuir 70% la cantidad de inyecciones que deben aplicarse las mujeres para un ciclo de fertilización in vitro.

La nueva molécula se llama corifolitropina alfa y es una fusión de la hormona folículoestimulante urinaria humana (FSH) y una parte de la Gonadotrofina coriónica humana (HCG). Fue creada gracias a la ingeniería genética.

“Esta nueva molécula permite tener una estimulación sostenida del ovario durante un período de siete días. Eso se traduce en una reducción en el número de inyecciones que las pacientes sometidas a técnicas de reproducción asistida complejas se deben aplicar”, explicó Cristina Moros Maestro, directora Médica Regional de Latinoamérica para la salud femenina y fertilidad del laboratorio Merck Sharp & Dohme.

En un tratamiento estándar,  la paciente comienza a inyectarse en el día dos o tres de su ciclo. Y debe hacerlo diariamente durante siete días. Con la nueva molécula, se aplica una única inyección semanal.

Esta molécula dura los siete días y cumple el mismo efecto sin necesidad de más inyecciones. “Este avance permite ayudar a muchas mujeres infértiles que ahora cuentan con la posibilidad de tener un tratamiento más simple, rápido y conveniente”, opinó Anders Nyboe Andersen, jefe de la Clínica de Fertilidad en el Hospital de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, durante su visita a la Argentina.