En los casi cuarenta años de trayectoria que lleva la principal compañía de investigación aplicada (Invap) de Argentina no debe haber padecido una semana tan agitada como la que terminó ayer. Hace apenas ocho días, desde Bariloche, las declaraciones del presidente Mauricio Macri (“la plata no está”) generaron incertidumbre sobre el futuro de la empresa rionegrina.
La posibilidad de cancelar contratos con la compañía que logró exportar reactores nucleares de investigación a Egipto, Perú, Argelia, Arabia Saudita, Australia y Holanda, y es la responsable de desarrollos innovadores en satélites y radares, despertó fuertes críticas.
Finalmente el Gobierno decidió dar marcha atrás con el “ajuste”. El jueves el jefe de Gabinete, Marcos Peña, confirmó la continuidad de quince contratos del gobierno nacional con Invap por US$ 300 millones a ejecutarse en el lapso de tres años y prometió comenzar a desembolsar los pagos de la deuda pendiente, que asciende a los $ 1.050 millones.
Ayer, el presidente Macri habló desde Sudáfrica con Radio Seis de Bariloche y confirmó que “el 100% de los proyectos que tiene el gobierno nacional con Invap se mantienen en ejecución”. Pero admitió que a futuro la empresa deberá tener más independiencia del presupuesto público.
Inversión. Tras la reunión con Peña, el doctor Vicente Campenni, gerente general de Invap, habló con PERFIL. “Quiero separar lo que salió en algunos medios de la realidad de lo que está pasando en Invap. Lo cierto es que la compañía no dejó de ejecutar los diferentes contratos de forma sostenida”, dijo. “El problema que tratamos de solucionar esta semana con el jefe de Gabinete; el ministro de Ciencia, Barañao; y el gobernador Weretilneck fue sobre el flujo de fondos cuya demora nos estaba elevando mucho los costos financieros. Pero la verdad es que fue una reunión pautada antes de que se disparara este debate tras la visita del Presidente a Bariloche”.
Según Campenni, tras el acuerdo la empresa logró ganar previsibilidad. “A partir de agosto llegarán pagos por $ 1.050 millones que nos permitirán saldar deudas y ponernos al día”. También calculan que podrán volver a cancelar en un solo pago los salarios de los casi 1.400 técnicos y empleados, muchos de los cuales venían cobrando en cuotas. Además, el CEO de Invap negó que vaya a haber despidos. “Si el flujo de fondos se estabiliza como nos prometieron, con los proyectos actuales hasta es posible pensar en crecer en especialistas. Además, aunque se postergue algún tema nuestra gente puede aplicar su know-how a otros proyectos”.
—¿Qué contratos siguen?
—Son quince. Entre ellos se ratificó la serie de satélites Saocom y Sabia-Mar, el reactor RA10, el Carem y todo lo de medicina nuclear. En temas de seguridad los radares primarios y móviles para control de frontera y una docena de radares meteorológicos. También estamos desarrollando un nuevo sistema para ayudar a los aviones en la aproximación a aeropuertos, junto con ANAC.
—¿Y cuáles se cayeron?
—El Arsat 3 se pospuso, pero seguimos trabajando el tema porque pensamos que saldrá más adelante y es una tecnología que puede ser exportable para otros satélites de comunicaciones. Y la futura central de potencia que se iba a hacer en Atucha con China, no era un contrato nuestro sino de la CNEA, y otras empresas del rubro. Los contratos con la Armada no llegaron a firmarse.
Según la empresa, el backlog (trabajos confirmados pendientes de ejecución) actual ronda los US$ 800 millones incluyendo los de clientes argentinos y de otros países. La diferencia de hace unos años es que antes había más convenios nacionales y ahora cambiará esa relación. “El objetivo que nos pusimos para los próximos tres años es lograr que alrededor del 60% de la facturación de Invap provenga de exportaciones y el resto, de contratos locales”.
—¿De dónde podrían salir los futuros negocios?
—Es difícil de prever pero pensamos que es posible crecer con nuestro perfil de vanguardia en áreas como Internet de las Cosas, telemedicina, medicina nuclear y agronomía de precisión. También imaginamos nuevas líneas de negocios en energías renovables, con desarrollos propios. Tal vez no vamos a reinventar la rueda en ese rubro, pero sí pensamos que es posible agregar valor y transformaciones tecnológicas de nuestros expertos”.
Críticas desde la oposición
La posibilidad de que el Gobierno suspendiera acuerdos con Invap despertó críticas desde el arco opositor. El senador Miguel Ángel Pichetto consideró “lamentable” la decisión oficial. “Espero que en un tiempo no nos terminemos enterando de que haya casos de empresas extranjeras accediendo a contratos similares a los que ahora se le están cancelando al Invap”. Por su parte, el diputado Roberto Salvarezza le dijo a PERFIL: “Lo de Invap es una foto, pero la película de todo el sector de ciencia y técnica en Argentina es siniestra. El Gobierno está cancelando todos los proyectos tecnológicos, desde el plan nuclear hasta los satélites”. Además, recordó que “en cualquier país del mundo el principal emprendedor en ciencia y tecnología es el Estado”.
Para Diego Hurtado, investigador de la Universidad de San Martín, “lo concreto es que Invap tenía US$ 1.000 millones en contratos con el Estado que bajan a US$ 300 millones”. Y advirtió que “si no llegan los fondos comprometidos, se habla de que podría haber hasta 400 despidos”. “No hay que olvidar que son profesionales muy capacitados, que podrían emigrar a otros países”.