Los Angeles - Los fabricantes de automóviles en el salón de Los Angeles, y en particular los estadounidenses, despliegan una avalancha de argumentos y nuevos modelos para demostrar su preocupación por el medio ambiente, en una especie de profesión de fe ecológica.
Desde los "tres grandes" de Detroit (GM, Ford, Chrysler) -para quienes esta conversión es reciente tras años de producción de vehículos ávidos de combustible- hasta los japoneses, ya establecidos en ese sector, todos tratan de demostrar quién es el más "verde" y el que ahorra más nafta.
En un contexto de toma de conciencia mundial sobre el calentamiento global y con el barril de petróleo cercano a la barrera simbólica de los 100 dólares, el presidente de Ford Alan Mulally presentó ayer un "plan estratégico de desarrollo duradero, para mejorar el ahorro de nafta y reducir las emisiones" contaminantes.
Este plan prevé a corto plazo la generalización en la gama de vehículos del grupo de las tecnologías de turbocompresores y de inyección directa, sinónimos de ahorro de nafta y ya empleados con éxito en Europa, en algunos casos desde hace casi 30 años.
A mediano plazo, la marca promete un esfuerzo en el peso de los vehículos, y a largo plazo el desarrollo de vehículos híbridos (gasolina-electricidad) recargables y otros que funcionen con pilas de hidrógeno.
"Ford se compromete a ofrecer a sus clientes tecnologías accesibles y respetuosas del medio ambiente en automóviles que querrán realmente" comprar, afirmó Mulally, declarándose decidido a apuntar a una producción de "millones de vehículos, porque Ford puede hacer la diferencia".
El mismo credo fue manifestado por General Motors, que quiere "convertirse en el líder en materia de ahorro y de tecnología respetuosa del medio ambiente en todos los sectores competitivos" y que ya había asegurado hace un año que quería desarrollar una gama eléctrica a mediano plazo.
El primer constructor estadounidense presentó en Los Angeles versiones híbridas de su berlina Chevrolet Malibu y, aún más simbólico, de su pick-up Chevrolet Silverado, el preferido en la América profunda, así como el 4x4 Cadillac Escalade, vehículo amado por los raperos.
Chrysler, rezagado en este sector, expuso por su parte en Los Angeles sus primeros híbridos, 4x4 dotados de poderosos motores V8. El grupo promete 25 a 40% de ahorro de combustible en relación a las versiones clásicas de estos vehículos.
Huelga decir que los principales competidores japoneses de los "Big Three" no han perdido el tiempo. El primer fabricante mundial, Toyota, que le pisa los talones a GM en la venta de vehículos nuevos en Estados Unidos, produce su popular híbrido Prius desde hace ya 10 años.
La marca acaba de prestar a universidades californianas dos híbridos recargables en el sector, capaces en teoría de consumir solo un litro de gasolina cada 100 km. También recorrió en septiembre la distancia entre Anchorage (Alaska, noroeste) y Vancouver (oeste de Canadá) con un automóvil a pilas de hidrógeno.
Pero en esta última tecnología, es Honda quien golpeó más fuerte ayer en Los Angeles, al presentar la "FCX Clarity", una berlina familiar con formas afiladas que la firma japonesa propondrá a los californianos desde mediados de 2008.
Contra un pago de 600 dólares mensuales durante tres años, los usuarios de este automóvil tendrán la satisfacción de lanzar a la atmósfera solo vapor de agua, con una autonomía de más de 400 km con cada carga.