Con la publicación, el mismo martes de la asunción presidencial, del Decreto 7/2019, la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación volvió formalmente a la categoría de “ministerio”, y el nuevo gobierno comenzó a cumplir su promesa electoral de valorizar la investigación científica. También se determinó el equipo directivo. Este suma a un puñado de investigadores, casi todos científicos reconocidos nacional e internacionalmente, pero que, además, tienen una larga y activa militancia política en defensa del sector.
El flamante ministro, Roberto Salvarezza, es doctor en bioquímica y se especializó en nanotecnología. Además –entre 2012 y 2015– fue presidente del Conicet y en 2017 fue elegido diputado por Unidad Ciudadana. El equipo que armó para conducir la política científica incluye a Diego Hurtado a cargo de Planeamiento, Juan Pablo Paz en Articulación Científica y Tecnológica, y a Carolina Vera como jefa de gabinete del Mincyt, entre otros.
Hurtado es doctor en física pero se especializó en innovación y gestión de la tecnología y en temas de historia de la ciencia. Hasta ahora dirigía la Agencia de Noticias Tecnología Sur Sur (TSS) y es profesor en varias instituciones, entre las que se destaca la Universidad de San Martín.
Juan Pablo Paz, además de investigador del Conicet y profesor del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, es un referente mundial en los crecientes desarrollos relacionados con computación cuántica.
Carolina Vera es investigadora del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera que depende del Conicet y la UBA. Pero en los últimos años se hizo internacionalmente reconocida por su rol como vicepresidenta del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), organización internacional que se encarga de publicar estudios sobre este delicado tema ambiental. Esos trabajos se convierten luego en la consensuada plataforma internacional para la elaboración de políticas globales sobre el calentamiento y la contaminación global.
“Tenemos que devolver el financiamiento a entidades como la Conae.”
El flamante elenco dirigente de la ciencia local, que será nombrado recién en los próximos días, se completa con otras dos figuras que estarán a cargo de otros dos protagonistas de la ciencia argentina, aunque autónomos en su trabajo del día a día: la doctora Ana María Franchi, quien será la presidenta del Conicet, y el licenciado en economía Fernando Peirano, quien quedó a cargo de la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica. Este es el organismo que se ocupa de evaluar proyectos y otorgar y controlar los subsidios imprescindibles para poder hacer investigación. Estos incluyen el Foncyt, para generar nuevos conocimientos; el Fontar, para financiar innovación tecnológica en el sector privado. El Fonsoft, para proyectos informáticos y el Fonarsec dedicado a avanzar el conocimiento en áreas prioritarias de alto impacto. Por su parte, Franchi es directora del Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos del Conicet y, además, integra la Ragcyt, desde donde trabajó temas de género de los que el mundillo científico no está exento.
Prioridades. En un documento de trabajo que el equipo de Salvarezza le hizo llegar a PERFIL se definen las prioridades del Ministerio. Allí se lee: “Adoptaremos medidas urgentes para atender la situación de emergencia que vive la ciencia tras cuatro años de abandono”. Y destaca que se va a incrementar el número de ingresos de investigadores a organismos como el Conicet, y también a otros organismos como INTA, INTI, CNEA y en varios ministerios. Menciona gestionar aumentos para los montos de las becas, “que están debajo de la línea de pobreza”. Y además, propone recomponer los montos de los subsidios para investigación y “garantizar el financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica para restablecer las líneas de financiamiento hoy suspendidas y de la Conae, para dar continuidad a proyectos estratégicos del área espacial”.
Medidas en foco
- Se fortalecerá el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología para promover la actividad en todas las regiones del país.
- Se dará prioridad a transferir conocimientos y fortalecer capacidades productivas tanto de empresas como de cooperativas.
- Se hará un trabajo conjunto con las universidades para formar más científicos.
- Aumentarán los montos de funcionamiento de los centros e institutos.
Con menos burocracia
Fuentes de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica le dijeron a PERFIL que “la prioridad será que la agencia sea una herramienta que facilite que las buenas ideas se conviertan en resultados de investigación, y nuevas pymes y emprendimientos”. En su momento la Agencia “gestionaba 28 instrumentos diferentes para la promoción de la CyT. Hoy solo hay cuatro”. Para revertirlo se recuperarán aportes no reembolsables, becas para la formación en tecnología y más apoyo a instrumentos para investigación básica y aplicada”. También intentarán revertir el “atraso en pagos a proyectos ya en marcha o comprometidos”. Y también habrá un plan operativo.
“No solo se dedicarán más fondos a investigadores y pymes, sino también más tiempo. Para eso se van a facilitar los trámites de solicitudes y rendiciones de fondos”. Los ejes serán “tener una agencia ágil, transparente y oportuna para lograr una efectiva articulación entre producción y el sistema CyT”.