A lo largo de la campaña electoral del Frente de Todos se enfatizó la necesidad de implementar una política de ciencia y tecnología soberana al servicio del desarrollo productivo del país. Este es un punto clave ya que la experiencia nos ha demostrado la imposibilidad de alcanzar el desarrollo únicamente a partir de la exportación de nuestros recursos naturales, siendo la innovación productiva de los sectores industriales necesaria para generar un cambio estructural hacia la construcción de una sociedad más igualitaria. La asunción del nuevo gobierno pondrá nuevamente en valor el rol del Estado en la gestión de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI). Por eso, se ha comprometido la rejerarquización del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
La recuperación del Ministerio y la implementación de medidas urgentes para volver a poner en funcionamiento el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación también tiene como desafío insoslayable incorporar la perspectiva de género, y emprender acciones concretas para reducir la desigualdad de género que existe en el sector.
El problema de la ciencia es político
En los últimos días se ha votado en la Cámara de Diputados de la Nación la media sanción del proyecto de modificación de la Ley N°25.467 de CTI. La modificación incorpora la perspectiva de género en la investigación y la paridad de género en la distribución de algunos cargos al interior del Sistema de CTI. En dicho proyecto de ley se establece "la igualdad de derechos, oportunidades y trato en el ingreso, formación, empleo y promoción del personal del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, garantizando la no discriminación de géneros o de cualquier otra naturaleza, y promoviendo la adecuada utilización de la infraestructura física de que se dispone, así como proveer a su oportuna renovación y ampliación". Es esta incorporación la que consideramos fundamental para equiparar las condiciones de acceso, permanencia y promoción de las mujeres y otras identidades de género en el ámbito de la CTI.
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Esta iniciativa de la Cámara Baja aparece como una valiosa contribución para avanzar en mayores condiciones de igualdad en un sector en el que se reproducen los tradicionales estereotipos de género, y existen fuertes barreras y brechas en detrimento de las mujeres y otras identidades de género (1). Según el diagnóstico oficial, estos fenómenosse traducen, entre otras cuestiones,en la presencia casi nula de mujeres en los altos cargos de gestión en los organismos de CTIy en las universidades, ya que sólo el 10,5% de los puestos de dirección son ocupados por mujeres y sólo el 11% de las rectoras son mujeres. Asimismo, en la actualidad, la cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva nacional se encuentra a cargo de un Secretario de Gobierno varón y las dos Secretarías de Estado que la integran también están ocupadas por varones.
Además se registra la falta de acceso de las investigadoras y tecnólogas a los cargos de investigación más privilegiados. A pesar de que son mayoría, las mujeres acceden en menor medida que sus pares varones a los espacios mejor valorados. De igual manera, en lo que respecta al acceso al financiamiento para la investigación, las mujeres directoras de proyectos de I+D (investigación y desarrollo) solicitan y reciben en promedio casi la mitad del financiamiento que los directores varones.
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La iniciativa del Poder Legislativo es un gran avance en la visibilización de la desigualdad en el Sistema Nacional de CTI, pero requerirá de un trabajo integral que procure transformar los estereotipos de géneros culturalmente arraigados. Para ello, se deberán implementar políticas complementarias que mejoren el acceso, la permanencia y la promoción en las carreras tanto de investigación como de gestión. Esta labor requerirá de un conjunto de acciones afirmativas que consideren el (desigual) punto de partida de las mujeres y otras identidades. Algunos ejemplos son establecer cupos en los cargos de gestión universitarios y diseñar instrumentos que promuevan las vocaciones científicas de las niñas y niños en las CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), disciplinas tradicionalmente masculinizadas. También medidas que financien el acceso de las mujeres y otras identidades dentro de estas mismas disciplinas; que faciliten la permanencia y promoción en las carreras científico-tecnológicas vía modificaciones en los mecanismos y criterios de evaluación; que amplíen las licencias familiares tendiendo a la corresponsabilización; que amplíen los días de licencias vinculados a los cuidados familiares; que garanticen la provisión de espacios de cuidado para niños y niñas en los lugares de trabajo.
La agenda para recuperar las capacidades científicas y tecnológicas deberá tener perspectiva de género e incluir estrategias que promuevan la igualdad de oportunidades para los géneros. Articular medidas de política que puedan contrarrestar y dar solución a esta dispar situación que atraviesan desde siempre las mujeres y otras identidades en el ámbito de la CTI también será tarea de las nuevas autoridades políticas que asuman el próximo 10 de diciembre en la cartera nacional y requerirá del compromiso de toda la comunidad científica.
* Rocío Lafuente Duarte. Socióloga. Investigadora del Centro de Estudios Atenea.
* Jazmín Castaño. Politóloga. Investigadora del Centro de Estudios Atenea
(1) Cabe señalar que no se ha diagnosticado la situación de otras identidades de género en el sector científico tecnológico, ya que aún no se dispone de registros estadísticos que logren superar el binarismo.