Durante el día, Kasha Patel trabaja en la NASA escribiendo contenidos para su sitio web, pero por la noche se dedica a divulgar los descubrimientos científicos a través de un medio completamente diferente: la comedia de stand-up. Y como ella, muchas otras científicas de Estados Unidos utilizan este recurso artístico.
"Parte de mi trabajo es ayudar al público en general a distinguir la diferencia entre hechos y mitos", explicó la joven de 28 años mientras hacía entrar en calor a los presentes antes de un reciente concierto en un bar cerca de la Universidad Penn State, donde haría su stand up.
"Entonces, por ejemplo, un hecho: puedes contraer clamidia si un koala te orina. Mito: tu esposa te creerá".
La actuación de Patel, como la de muchas otras científicas, se encuentra entre dos territorios aparentemente opuestos: el del empeño científico, descrito como "pesado y gruñón" por el astrónomo Carl Sagan, y el del estridente mundo de la comedia, que actualmente experimenta un auge que ha incentivado el surgimiento de géneros cada vez más específicos de humor.
Fundadora de DC Science Comedy, un programa en vivo frecuente en la capital, Patel está acompañada esta noche por varios comediantes científicos de todo el país, unidos en su convicción de que la risa puede ser una herramienta poderosa para divulgar y comunicar conceptos complejos.
Shannon Odell, una candidata a doctorada en neurociencia en el Weill Cornell Medical College que tiene un programa en vivo llamado "Drunk Science" en Nueva York, le dice al público que, contrariamente a lo que se pueda pensar, "la ciencia y la comedia realmente tienen mucho en común".
"Lo que hacen ambas es observar el mundo y luego compartirlo con el público", dice. "Jerry Seinfeld diría ¿cuál es el problema con la comida de los aviones?... Mientras que los científicos son tipo, ¿cuál es el problema con el aumento de los niveles de CO2?"
En una entrevista con AFP, Odell explicó que la risa tiene un poderoso propósito evolutivo y ayudó a los primeros humanos a generar y redes sociales más complejas.
"Creo que es importante para comunicar la ciencia a alguien, porque si te estás riendo con ellas (...) las personas son más receptivas a los mensajes", dijo.
La mujer de 30 años usa esta dinámica en una serie de videos de YouTube que exploran la naturaleza del cerebro humano bajo varios estímulos, desde rupturas sentimentales hasta gatitos y alcohol.
En el último, que ha acumulado medio millón de visitas, Odell combina animados relatos con coloridas infografías mientras explica el impacto del consumo excesivo de alcohol en el cerebelo, responsable de la coordinación.
Patel, por su parte, utiliza un estilo cómico más tradicional. Confiesa a AFP que le costó mucho trabajo dejar de lado su riguroso instinto científico y entregarse al absurdo necesario para hacer reír constantemente a las personas frente al micrófono.
Graduada en química pese a que sus padres aspiraban que cursara la carrera de medicina, confiesa que su material a menudo hace referencia a sus experiencias y a su vida personal.
Un ejemplo: "Hace unos años, SpaceX lanzó el cohete, pero explotó cuando salió de la atmósfera de la Tierra... Pero la NASA no lo calificó como un fracaso. Lo llamaron un lanzamiento no nominal", contó.
"Lo cual es extraño, porque la semana pasada tuve una cita no nominal. No fue un fracaso, porque él nunca apareció".
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Sin embargo, Patel no ha perdido su toque nerd. Recientemente utilizó datos para perfeccionar su actuación, analizando grabaciones para ver cuánto tiempo se rió la audiencia después de 500 de sus bromas para idear una puntuación de impacto humorístico.
"Descubrí que mis chistes científicos son un 40% mejores que mis otros chistes", dijo, y agregó que estaba trabajando en un algoritmo para automatizar el análisis.
Una reciente encuesta de investigación de Pew descubrió que la comunidad científica es la institución más confiable de Estados Unidos después del Ejército, con un 44% de consultados que expresa una gran confianza en ella, en comparación con solo el 13% para la prensa.
Esto hace que sea aún más importante encontrar nuevas formas de llegar al público, particularmente en áreas que se han vuelto polémicas como la ciencia del clima, argumenta Odell.
"Es genial para los científicos salir y hablar sobre la investigación porque son expertos en la investigación", dijo, incluso si no todos pueden hacerlo a través de bromas o con estilo de comedia.
Las investigaciones científicas, pese a ser financiadas en gran medida con los impuestos de los contribuyentes, a menudo terminan siendo presentadas solo en conferencias o en revistas especializadas, una restricción que abona el terreno de la desinformación.
"Pensamos en la ciencia como este tipo de torre de marfil académica... (pero) hay un valor en hacerla entretenida, siempre y cuando no se pierda la precisión científica".