¿Cuántos tuvieron la oportunidad de tener a su lado a un astronauta? Salvo que uno trabaje en la NASA, las posibilidades son escasas. Sin embargo, por estos días, muchos jóvenes que estén en la Ciudad de Buenos Aires podrán jactarse de ello, dado que está de visita en el país Jon McBride, jefe de astronautas del Kennedy Space Center Visitor Complex y una de las 500 personas que puede jactarse de haber estado en el espacio.
El hombre de 75 años dio una serie de charlas en el marco de un ciclo que organizó el Planetario en conmemoración del 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna. Si bien estuvo en el espacio hace 35 años, ahora dice que quiere volver y romper el récord de ser la persona de mayor edad que lo haga. También aspira a conocer la Antártida y el Ártico y no puede creer que —cinco décadas después— haya gente escéptica respecto a la hazaña del Apolo XI. En diálogo con PERFIL, este astronauta canoso de mameluco azul (su uniforme de trabajo) se muestra simpático y cercano. Cómodo para dar entrevistas, accede a tomarse fotos con los chicos que, asombrados y tímidos a la vez, se le acercan.
—¿Qué condiciones tiene aquel que quiere ser astronauta?
—Lo primero es educación. A los jóvenes hay que decirles que no es que terminan el colegio y ya van a ser astronautas, sino que obviamente hay que ir a la universidad. Todas las agencias del mundo donde buscan astronautas, lo primero que van a a tener en cuenta es qué tan alto nivel educativo tiene la persona y qué tan buen estudiante fuiste. En general eligen a los que tienen doctorados. Cuando hay 18.000 postulantes como en mi caso, van a elegir solo 200 que sean especialistas en medicina o ciencias. Los de mi generación, la primera promoción de astronautas para los primeros transbordadores espaciales en 1978, además de ser buenos en los estudios debíamos ser excelentes pilotos y con miles de horas de vuelo. Muchos de ellos fueron pilotos en Vietnam.
—¿En qué momento de su vida supo que quería ser astronauta?
—No recuerdo el momento exacto, pero yo veía muchas películas de astronautas en los años ‘40 y ‘50 y me imaginaba siendo astronauta. Cuando en 1959 Estados Unidos comenzó a elegir a astronautas, ahí me di cuenta que en verdad podía ser yo uno de ellos, que tenía la posibilidad de que eso fuera real. Además, creo que no hay un norteamericano que haya estado respirando en 1969 que no haya visto el despegue del Apolo 11. Aquí mismo en Argentina, y todos aquellos que tenían televisión o radio estaban conectados a ese momento. Nadie se lo perdió.
—¿Qué sensación tuvo cuando llegó a la NASA finalmente?
—Me sentí afortunado, bendecido por estar allí. La primera semana que estuve ahí, nos trajeron a los primeros 7 astronautas que estuvieron en el espacio para que los conociéramos, y eran mis ídolos, les estaba dando la mano y hablando con ellos y nos compartían experiencias. No lo podía creer. En el primer año que estuve ahí además, pude conocer a los astronautas de todas las misiones: Mercury: Gemini y Apolo.
—¿Cuál es el recuerdo más nítido que conserva del momento en que estuvo en el espacio?
—Creo que no solo yo, sino que a cualquier astronauta que fue al espacio, la primera imagen que le viene a la cabeza es la primera vez que podemos ver a través de la ventana la imagen de la Tierra por primera vez. Cuando vi eso dijo 'no lo puedo creer, qué bendecido soy de estar viendo esto'.
—¿Qué le ocurre al cuerpo cuando uno está en el espacio? ¿Y a la mente?
—La mente es más importante que el cuerpo en el espacio, esa es la realidad. Cuando estás ahí, la fuerza no significa nada, sino que lo que realmente importa es lo que está en tu cabeza. Tuve la suerte que en la misión que yo estuve, creo que compartí con seis personas mucho más inteligentes que yo.
—¿Querría volver al espacio?
—Quiero regresar al espacio claro, y convertirme en el astronauta más grande. Quiero romper el récord de John Glenn que fue el astronauta de mayor edad que estuvo en el espacio, tenía 77 años, además fue el primero en dar la vuelta alrededor del mundo. Fue senador después durante muchos años y la NASA estaba tan agradecida por lo que había hecho allí que siguió entrenándolo. Antes que él muera, me acerqué a verlo y le dije que iba a romper su récord, esperaré 3 años para poder hacerlo, porque ahora tengo 75.
—¿Qué le diría a aquellos que se muestran escépticos respecto de la llegada del hombre a la Luna?
—Les diría que necesitan despertarse. No puedo creer que haya gente que no lo crea, hay fotos, hay evidencias y hubo fotos tomadas en diferentes ángulos de la Luna hacia la Tierra, ¿cómo se va a falsificar eso? Además, hay datos grabados de todas las misiones y el mundo vio cuando entró la nave y la recogieron del océano desde un barco. Sería más caro falsificar el hecho. Además no era solo Estados Unidos el que estaba interesado en el tema, si esto no hubiera sucedido los rusos lo hubieran dicho.
—¿Con todas las misiones a Marte, cree que podría ser habitable de alguna manera?
—Creo que, por la tecnología disponible, no hay otro planeta de nuestro Sistema Solar más que Marte que el hombre pueda conquistar.
—En la primera misión que estuvo en 1984, eran siete tripulantes en total, de los cuales dos eran mujeres. ¿Qué rol cumplían ellas?
—Tengo un recuerdo muy grato de ellas, fueron las mujeres más inteligentes y trabajadoras que conocí. Por ejemplo, Kathy Sullivan, la primera mujer americana que tuvo la oportunidad de caminar en el espacio, yo tuve la oportunidad de entrenar con ella y capacitarla, y ver que tuvo ese logro fue una gran alegría para mí.
—Estuvo en el espacio, algo que la mayoría de los mortales no, ¿qué le queda por hacer?
—Ir a la Antártida, que lo haré en enero de 2020 y el Ártico también.
La antena que permitió ver en el país la llegada del hombre a la Luna
La primera caminata espacial solo de mujeres. Este viernes 18 de octubre se produjo un hecho histórico en el ámbito espacial porque las astronautas de la NASA Jessica Meir y Christina Koch realizan primera caminata espacial exclusivamente femenina afuera de la Estación Espacial Internacional, la cual durará cerca de 6 horas. Si bien en los últimos 35 años, otras 12 mujeres pudieron hacerla, este es el primer caso en el que no hay hombres que acompañen. En ese sentido, McBride destacó: "Todas las mujeres que elige la NASA para trabajar allí son tan inteligentes como los hombres".
Perfil. McBride nació en Virginia en 1943,comenzó su servicio en para la Armada de Estados Unidos en 1965 y voló en 64 misiones de combate. En 1978 se convirtió en astronauta para la NASA y fue piloto en la misión STS-41G del Transbordador Espacial Challenger, que orbitó la tierra en 1984.
Tres años después fue nombrado Subdirector de la NASA a cargo de las relaciones con el Congreso en Washington, con esto le dieron además la responsabilidad de tener bajo “su ala” todos los asuntos entre la agencia espacial y el Congreso. En la actualidad, es jefe del programa de astronautas del Kennedy Space Center Astronaut Encounter y realiza conferencias motivacionales en distintos países.
FDS/FF