“La única cuestión filosófica seria es el suicidio.”
(Albert Camus)
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Algunos creen que ella es el oráculo de Delfos, que sabe lo que nadie sabe. Los mejor informados, porque conocen los temas, saben que ella dice muchas cosas ciertas pero también disparates, y se dividen en dos grupos. Algunos creen que, como el Quijote, fue enloqueciendo de tanta lectura, en su caso de denuncias que le acercan, y confunde algunos molinos de viento con núcleos de corrupción. Otros creen que ella es consciente y sabe cuándo las denuncias son infundadas o carecen de evidencia que las sustenten, pero las difunde igual si son funcionales a sus necesidades: primordialmente, tener rating y ser tenida en cuenta, afectando al campo con el que ella antagoniza.
La última semana de Carrió volvió a mostrar el peligro que significa para Cambiemos. Ya había denunciado al jefe de Policía de Vidal, obligando a la gobernadora, en un acto de sumisión (similar en lo gestual al del juez Martínez de Giorgi con Hebe de Bonafini próximamente), a ir a la casa de la diputada a “tomarle” su denuncia. Y ahora arremetió contra Ernesto Sanz, el radical más relevante del gobierno de Macri, ex presidente del partido y artífice, tanto o más que la propia Carrió, de la alianza Cambiemos.
“La primera que dijo que es un ajuste brutal (por los aumentos de tarifas) fui yo. En esa reunión en Olivos en la que estuvo un dirigente radical que no me acuerdo el nombre ahora”, y sólo después que el periodista que la entrevistaba dijo Sanz, Carrió dijo “ah, sí, Sanz (...). Un metido, la verdad fue un metido que no se va a meter más, que siga en la mesa chica pero mediador conmigo no es”.
Pero no sólo Sanz ofició de apaciguador de Carrió. Varios son los integrantes del PRO cuya misión fue acercarse y contenerla. Y se especula con que el PRO hasta infiltró en el entorno de la diputada también un psicólogo porque no alcanzan a entender algunas de sus acciones, que no parecen perseguir su propio beneficio. Freud, en Más allá del principio del placer, describe las pulsiones autodestructivas de los seres humanos que podrían explicar mejor algunos impulsos antropofágicos de Carrió, y cómo éstos se repiten.
Pero de haber en Carrió celos por la preferencial cercanía de Sanz con Macri, serían una condensación de los celos que sí le despertó el acercamiento del PRO con Margarita Stolbizer, competidora de Carrió en una eventual candidatura a senadora por la provincia de Buenos Aires. A Stolbizer la acusó de tener un pacto con Scioli y ésta le respondió que su denuncia (tomada por Majul en su programa el domingo pasado) sobre los 20 mil millones de pesos que en efectivo habría retirado Scioli del banco provincial, además de falsa, era disparatada, por la casi inviabilidad física de retirar y transportar esa cantidad de billetes en una sola operación bancaria. Finalmente, Scioli pudo haber salido beneficiado con una denuncia fácil de responder que lo diferenció de los otros kirchneristas que pasaron por la misma acusación, pero no le será tan fácil superar las otras denuncias que recibe y podrá recibir.
Es que las denuncias generan mucho rating, ésa fue siempre la clave de Carrió, quien normalmente le duplica el rating a TN en sus apariciones, como sucedió con Joaquín Morales Solá, antes de su intervalo médico del último mes, y ahora en su reaparición con Marcelo Bonelli y Edgardo Alfano.
La polarización hizo que TN, principalmente, y C5N absorbieran gran parte de la audiencia de los demás canales de noticias, dejando a A24, Crónica y Canal 26 enflaquecidos. En el promedio del rating de julio, la suma de TN (2,78) y C5N (2,11) duplicó a la de los otros tres: A24 (1,14), Crónica (0,77) y Canal 26 (0,66).
Y como la misma situación se traslada a la televisión abierta –donde Telenoche (13,9) superó en el promedio de rating de julio a Telefe noticias (9,7) por una diferencia cercana al 50%, cuando durante los últimos años del kirchnerismo el rating fue más parejo–, naturalmente los productores de Majul debieron preocuparse por su competencia con Lanata nuevamente los domingos. Y pudo haber motivado a que La cornisa le creyera sin dudar a Carrió su última denuncia sobre Scioli, confiados en que generalmente acierta.
Lanata no precisó hacer muchos esfuerzos para ganar el rating este domingo (16,6 de PPT, 6,8 de La cornisa y 4,8 de Navarro en C5N) porque la principal nota de investigación del programa fue sobre el inconcluso Gasoducto del Norte, que ya había denunciado audiovisualmente PERFIL.com en 2008 (ver debajo).
Todavía a Macri le resultan útiles las denuncias sobre los K, como también Carrió. Pero llegará un día en que al PRO, en la lucha contra su propia entropía, ya no le convenga más. En sociología hay dos grandes teorías modernas sobre la constitución del lazo social: la sociedad forma un todo funcional o la sociedad está dividida en dos. El principal exponente de la primera es la escuela del célebre sociólogo Talcott Parsons. El de la otra son todas las corrientes de inspiración marxista que, aun siendo muy diferentes entre sí, comparten la visión de la lucha de clases.
No es casual que la publicidad oficial del gobierno de Macri ponga énfasis en “todos juntos” mientras que el kirchnerismo destacaba el “pueblo”, que no eran todos, sino los que luchaban contra el antipueblo interno, integrado por gorilas y cipayos. Carrió no divide a la sociedad en dos por cuestiones económicas, pero sí por lo que ella considera atributos morales. Y en su canon de quiénes merecen el certificado de honestidad y quiénes no, cometerá injusticias porque nadie es infalible, y ella actúa como si lo fuera.