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recuerdos

Dos mundos

1-11-2020-Logo Perfil
. | CEDOC PERFIL

La semana pasada falleció Alfredo Graciani. 

El fútbol y yo nos dimos en mundos diferentes. Y sin embargo hace once años el Murciélago Graciani supo ser nuestro DT en la epopeya del Combinado Argentino de Dramaturgos. 

La historia se ha contado mucho y no deja de ser buena. Unos dramaturgos alemanes me pidieron un seleccionado para disputarles la copa del mundo en la Feria del Libro de Frankfurt. “Si no encontrás dramaturgos que jueguen, meté un par de periodistas o escritores”, me dijeron. Hice lo que pude, yo, que tuve que aprender qué era ese juego: llamé a los que sabían, cedí al disparate y entrené a la par de mis apasionados compañeros.

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Alguno del equipo subió una foto de ese Frankfurt memorable en la que una pandilla de locos me alza por los aires festejando el pálido y luminoso 1 a 0 del triunfo. Es una de las fotos más raras y más queridas de mi álbum de recuerdos. Si los dramaturgos argentinos jugamos por un rato a los campeones fue porque al menos uno –Alfredo– decidió tomar en serio a una pandilla de patanes pataduras deleznables. Y dos mundos improbables se cruzaron. Y hubo magia. Nos entrenó un año en las gélidas mañanas de Saavedra, nos acompañó en el viaje, nos encerró en un hotel del aeropuerto a darnos la charla técnica, me puso de 9 para que no obstruyera en la defensa. Entendió que la gracia del juego es vivirlo como si se nos fuera la vida en ello. Y fuimos felices por un rato, que dura en la memoria lo que la eternidad. 

Gracias, Alfredo. Fuiste noble con nosotros porque sí. Estás por siempre.