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El desafío de la participación de adolescentes y jóvenes

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Demanda. Jóvenes y adolescentes buscan espacios de protagonismo. ¿Les damos lugar? | shutterstock

Frente a un mundo tan adulto céntrico donde se plantea la importancia de los adolescentes y jóvenes, pero como una forma de expresión sin muchas veces una traducción real en su implementación. A veces vemos y cada vez con mayor frecuencia, como en las organizaciones gubernamentales o no, se repite e insiste con esta mención, pero luego al ver como se lleva a la práctica surgen las diferencias. 

Algunos interpretan esto como permitir e invitar siempre a “algún/a joven y a veces adolescente” a integrarse y estar presente. Otras veces vemos cómo se los invita y se les da espacio, pero para que trabajen solos y luego traigan la propuesta al grupo adulto. Allí puede ocurrir que se acepte la propuesta sin discusión o se dice sí, pero no se presta atención. 

En el primer caso los adolescentes y jóvenes implementan la propuesta y muchas veces fracasan o tienen problemas que pudieron evitar si se hubiera incorporado la visión de todos para superar problemas que por la experiencia hubiera ayudado. El problema de esta actitud es que esos adolescentes y jóvenes ante las fallas o fracasos se desilusionan y desisten de continuar participando. 

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En el caso que se recibe la opinión de los jóvenes y adolescentes, pero se sigue como antes sin ningún cambio, se generan tensiones con la división de unos y otros, y el enfrentamiento afecta la producción del grupo en su conjunto. Como los adolescentes y jóvenes se sienten los únicos que tienen el conocimiento, pero son ignorados se enfrentan a los adultos, y estos consideran que es imposible trabajar con el grupo “joven” y se cierran mas en su convicción. 

Esto lleva a una polarización muy negativa. Se genera la grieta que afecta lo político y también lo social, en una sociedad donde el reconocimiento de los derechos de los otros es débil frente al derecho de cada uno y donde la tolerancia y la búsqueda de denominadores comunes es muy poco frecuente. 

Un problema que observamos es que muchas veces los adolescentes y jóvenes prefieren trabajar solos porque así no tienen que lidiar con los adultos. Estas son formas que debemos evitar porque no es bueno ni saludable para la sociedad. 

Desde el mundo adulto debemos entender que la adolescencia es el momento de rechazo a los adultos y a sus ideas. A nivel familiar es habitual la rebelión contra los padres, sea de ambos madre y padre, o de uno u otro. Se suma la creencia que ellos son los únicos que lo saben todo, que piensan siempre lo correcto y si no se acepta es porque los adultos no entienden. 

Esa arrogancia y actitud de seguridad les impide ver otros aspectos que se deben tener en cuenta. Tienen la fuerza de la pasión y de la capacidad de hacer que los adultos vamos perdiendo. Necesitamos un mundo con ambos y eso es clave para entenderlo y practicarlo, aunque nos dé trabajo. 

El crecimiento del feminismo entre les adolescentes en Argentina ocurrió en los últimos años frente a la discusión del derecho al aborto. Esto ocurrió en muchos países de la región. 

Chicas y chicos abrazaron el feminismo, algo que nos llena de orgullo a las feministas que vemos nuestro ideario no solo se perpetua, sino que crece y asumirá impactos que antes nunca pensamos. 

Esto en la política tiene su impacto y es lo que vemos esta ocurriendo en Chile. La elección del fin de semana pasado nos marca como los partidos políticos tradicionales que no pudieron cambiar su esquema de poder perdieron las elecciones y tanto en la izquierda como en la derecha fueron adultos jóvenes los que consiguieron la mayoría. Los partidos tradicionales, incluso con candidatas feministas mujeres muy valiosas y respetadas, se vieron postergados porque no fueron coherentes en incorporar la fuerza de jóvenes mujeres y varones feministas que surgieron desde la rebelión social del 2019. 

Mientras este nuevo modelo se desarrolla tenemos que aprender y no resignar nuestra participación, seamos adultos o adolescentes y jóvenes, para que la sociedad pueda mejorar.