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derecho a réplica

El diario de Balbín

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Contratapa. El diputado sostiene que quienes suspendieron la disertación de Moro no son peronistas. | cedoc

Es fama que durante el segundo mandato del ex presidente radical Hipólito Yrigoyen (1928-1930), se habría creado un diario ficticio en el que el presidente de turno pudiera leer aquellas “buenas noticias”, redactadas por su entorno. Desde luego, esta información que se le proporcionaba no correspondía a la realidad. Jamás pudo probarse la existencia de ese famoso diario. Se trató de una falsedad inventada por los golpistas del año 1930 para desacreditar al gobierno radical.

Esta referencia histórica vale como respuesta a Jorge Fontevecchia, que en su artículo “Ceguera paradigmática” refiere a mi persona y a mi disertación en el “Diálogo virtual desde la Universidad de Buenos Aires: Pensar  América Latina después de la pandemia Covid-19”. En dicho encuentro participé junto al presidente Alberto Fernández, el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva y otras distinguidas personalidades. Me acusa el director de Perfil de ser el responsable, junto a graduados y graduadas peronistas de la Facultad de Derecho, de censurar la exposición que iba a dar, en esa misma casa de altos estudios, Sérgio Moro.

Aquella fallida conferencia fue organizada por el Centro de Estudios sobre Transparencia y Lucha Contra la Corrupción de la facultad que preside el Dr. Carlos Balbín y lo integraban seis personalidades, entre las cuales no hay ninguna de mi identidad política. Fontevecchia cree que fue la presión de los bárbaros peronistas la que tumbó la charla del ex ministro de Justicia de Bolsonaro, y no el repudio de los propios organizadores de la charla. Cuatro de su integrantes dijeron haberse enterado por Twitter y abandonaron la institución.

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Natalia Volosin, abogada especializada en control de la corrupción, se quejó desde Twitter: “No fui consultada y no lo avalo. Moro es un personaje que ha sido nefasto para la lucha contra la corrupción en América Latina. Luego agregó: “Lo de la libertad de expresión en el caso de Moro vayan a reclamárselo a la UBA, señores. O vamos a pensar que nuestras expresiones de repudio no les parecen igual de protegidas por la Constitución Nacional”.

El mismo camino siguieron los abogados Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparencia Internacional, Roberto Saba, y Martín Böhmer. Solo quedaron sosteniendo el Centro de Estudios junto a Balbín, Ricardo Gil Lavedra y Paula Olivetto. Por su parte, Bruno Bimbi, corresponsal de TN en Brasil, señaló que invitar a Moro a hablar de transparencia es equivalente a convocar a Barreda para una capacitación en violencia de género.

El propio decano de la Facultad, Dr. Alberto J. Bueres, aclaró en una sesión del Consejo Directivo el 16 de junio que “no se han recibido presiones de ningún tipo para que la Facultad suspenda la mencionada actividad”. Quien se vio forzado a suspender la conferencia fue el propio Carlos Balbín ante el escándalo suscitado entre sus colegas. Lamento que la información recibida por Fontevecchia no haya sido completa. Tal vez su fuente principal haya sido “el diario de Balbín”.

Aclarado este punto, quiero decirle, Jorge, que a ambos nos une un gran cariño por el Brasil. Tanto usted como yo hemos recibido la Orden del Barón de Río Branco. Tal vez lo que le moleste es que la mía lleva la firma de Lula da Silva. Me gusta la historia de nuestro continente. Eso sí, puede ser que la lea mucho en el idioma de mi país.

Admiro la idea del Barón de Río Branco cuando en 1903 esboza su teoría del ABC, Argentina, Brasil, Chile. Para él eran los Estados Unidos del Sur, los tres juntos con salida al Atlántico y al Pacífico como los Estados Unidos del Norte. Fue el general Perón quien quiso retomar este proyecto, aunque no contó con el poder suficiente.

Sueño con esa integración. Pensemos juntos cómo integrarnos con Brasil. Desde mis 15 años aprendí con Dom Helder Camara, obispo de Olinde y Recife, quien me cuestionó diciendo: “Cuando le doy de comer a un pobre, me llaman santo. Cuando pregunto por qué ese hombre no come, me llaman comunista”. Hoy por lo mismo le dicen “populista”. Le recomiendo su libro Espiral de violencia.

Me crié con Paulo Freire y sus ensayos La educación como practica de libertad y Pedagogia del oprimido. En esa época vinieron a Bs. As. Vinicius, Toquinho y Maria Creuza a La Fusa. De allí en adelante todos los argentinos supimos que Para vivir un gran amor…. Luego Caetano, Chico Buarque, la Bethania y Doña Flor y sus dos maridos con Sonia Braga y más acá Ciudad de Dios de Fernando Meirelles, que nos muestra la vida en las favelas y el Brasil profundo.

Justo en esos años ganó las elecciones un obrero solo con el primario completo, Luiz Inácio Lula da Silva. Sacó 30 millones de brasileños del umbral de la pobreza. Al concluir su mandato, había una economía en auge, una tasa de desempleo inferior a la de Estados Unidos o Alemania y y el programa Hambre Cero había terminado con la desnutrición, según BBC Mundo.

Perdón, es “mi” historia y en esta no cabe que los valores de justicia estén representados por un presidente como Bolsonaro, cuyo gobierno se caracteriza por violentar y atacar los derechos de las minorías étnicas, de género, religiosas, y fomentar el odio y la discriminación como herramienta política en donde Sérgio Moro fue el ministro de Justicia cuyo mayor hazaña fue haber encarcelado y proscripto a Lula.

Respecto a mi “hiperactividad oral”, déjeme con ella que me sirve y mucho para enfrentar las calumnias a que nos someten los Stornelli, los Dalessio y los Santoro, al cual acaban de consagrar al frente de la Comision de Ética de la Academia Nacional de Periodismo a pesar de estar doblemente indagado y procesado.

He observado sus lecturas sobre los autores franceses Bourdieu y Foucault. Usted conoce perfectamente la estrecha relación entre saber y poder. También sabe las diversas formas en que las instituciones académicas construyen el prestigio, trafican capital simbólico y naturalizan relaciones injustas de poder. Que el bronce académico vaya a personajes como Stornelli, Moro o Santoro, mientras del otro lado los representantes elegidos por la voluntad popular son denigrados y minados de falsas denuncias solo refleja el enquistamiento de élites reaccionarias en estas instancias y la voluntad de construir una “Justicia de los vencedores”, al decir del investigador italiano Danilo Zolo. El periodismo también se debe una autocrítica por su rol en la legitimación de esos procesos fraudulentos.

Le agradezco de verdad respetar mi derecho a réplica.

Usted se enorgullece de moderar a Sérgio Moro mientras yo creo que Lula es el brasileño más querido por los argentinos.

 

*Diputado nacional (Frente de Todos).