A un mes de que comience formalmente la campaña para las PASO, todo lo que ahora digan la oposición y el oficialismo va a estar destinado, al menos en parte, a sus propias internas.
Desde Juntos por el Cambio ya comenzó un recrudecimiento de las críticas hacia el Gobierno, encabezado por el Grupo Halcón que comanda Patricia Bullrich. Más allá de lo justo o no de los reclamos, lo cierto es que una de sus motivaciones es diferenciarse del Grupo Paloma, liderado por Horacio Rodríguez Larreta.
Ocurre que, si finalmente María Eugenia Vidal se decide a competir en las próximas elecciones por la ciudad de Buenos Aires, entonces se meterá en un territorio al que Bullrich esperaba representar como cabeza de lista en los comicios.
La interna aviar en la oposición está al rojo vivo
De allí que este sector no solo haya reforzado sus críticas al oficialismo (campaña vacunatoria, inflación, campo) para mostrar diferencias con la línea más moderada de JxC, sino que redobló sus cuestionamientos directamente hacia la ex gobernadora. Todavía en privado, lo dicen así: “Si ella salta de la provincia a la Capital le va a ser muy difícil mostrar, con vistas al 2023, que su jefe no es Horacio y que no lo hace sólo porque él se lo pide. Va a quedar como la empleada del mes de Horacio y puede ser un papelón si pierde contra Patricia. Además, María Eugenia decidió estar un año y medio en silencio, mientras que Patricia fue la voz de la resistencia en la ciudad y en el resto del país.” Este sector entiende que Vidal será clave en la campaña electoral, pero en la provincia de Buenos Aires.
Larreta y Vidal, ahora también con Carrió, entienden que la posición más confrontativa de Bullrich, alentada abiertamente por Macri, es peligrosa en momentos de alta sensibilidad social. Y están seguros de que, adicionalmente, las urnas luego premiarán a aquellos dirigentes que “en lugar de seguir peleando, tienen la capacidad de imponer racionalidad y sentarse a dialogar o, en todo caso, intentar hacerlo y dejar en evidencia al Gobierno si rechaza el camino del diálogo”.
Este grupo de los moderados igual entiende que, al extremarse el discurso halcón, los obliga a ellos a subir el tono del debate para no desposionarse frente al electorado más crítico.
En el oficialismo también existe un duelo entre halcones y palomas, en el cual muchas veces, los halcones de un lado y del otro tienen más coincidencias entre ellos que con las palomas de sus respectivos espacios. De ese duelo dentro del Gobierno salió esta semana la decisión de cerrar las exportaciones de carne durante un mes.
Así, el renovado enfrentamiento entre el Gobierno y el campo le acaba de regalar a los halcones y palomas de la oposición un imprevisto motivo para volver a mostrarse unidos a pesar de todo: no tienen dudas, en este caso, de que su lugar es apoyar sin matices el reclamo del agro.