CORONAVIRUS

En el país de la libertad

Cómo las necesidades llegaron a oídos del presidente y se transformaron desde el principio de la cuarentena hasta el día de hoy.

Cacerolazo7M-20200507
Cacerolazo7M | Pablo Cuarterolo

Al comienzo de la pandemia por el Covid-19, cuando nuestro país se miraba con temor en el espejo de Europa, la decisión del gobierno nacional de hacer una cuarentena temprana fue un gran ordenador social y político.

Sin embargo con el paso del tiempo el temor se aquietó y algunos sectores que siempre fueron refractarios al Frente de Todos volvieron a distanciarse. La primera señal fue el debate que se planteó desde la oposición entre la salud y la economía. Sin embargo, ante un gobierno que tomó medidas para resguardar especialmente la situación de los sectores medios y bajos frente a otro que cuando se fue, y sin pandemia, dejó a un 40% de personas por debajo de la línea de pobreza, la economía no parecía ser un camino llano para la rearticulación opositora.

La discusión que parecía una segunda ola de lo que se había visto en Europa no era (tan) propia, más allá de que suene raro decir eso en medio de una de las mayores crisis económicas de nuestra historia. Detrás de la economía vino la libertad, que había tenido su primer momento con los cacerolazos contra la liberación de presos. Los sectores movilizados decían que mientras que los que cometían delitos quedaban libres el resto de la sociedad estaba encerrada en sus casas.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Después de más de 100 días de cuarentena en el AMBA, el significante libertad empezó a  mezclarse con las necesidades de mucha gente

Más tarde el clamor por la libertad volvió para oponerse a “la cuarentena más larga del mundo”, equiparando cuarentena con encarcelamiento. Ya no era sinónimo de atraso y salvajismo como antes, sino de modernización y del derecho individual de hacer con la vida de cada uno lo que cada uno quisiera. Si antes liberar presos iba a traer consecuencias sobre la vida del resto, ahora parecía ser que lo que cada uno hiciera en medio de una pandemia no tendría ningún efecto para los demás.

Este ideario que reduce la libertad prácticamente a un manual de autosalvación hizo sentido dentro del marco de discurso con el que Cambiemos creció y se posicionó frente al kirchnerismo, al punto que salió a enarbolarlo Mauricio Macri. Y con su propio juego hizo lo mismo Horacio Rodríguez Larreta, que le dio la forma procedimental de un protocolo de salida. Larreta se hizo cargo de una demanda del sector que representa y “haciendo lo que hay que hacer”, buscó ganar terreno tanto afuera como adentro de su propio partido.

Después de más de 100 días de cuarentena en el AMBA, el significante libertad que tiene miles de años más que el partido de Macri empezó a tener su propio vuelo y a mezclarse, ahora sí, con las necesidades de mucha gente. Y tal vez eso último fue lo que llegó a los oídos del propio presidente.

Parece que en estos meses el discurso motorizado por sectores de la oposición tuvo algún lugar para poner una semilla. Si vuelven a ganar terreno la justicia social, la batalla contra el individualismo y el sálvese quien pueda tal vez de la pandemia florecerán otras flores. Tal vez se aprenda que, a veces, para dar discusiones propias hay que tomar también partes de las que nos son ajenas.

*Especialista en Comunicación Política.