La presencia de Mario Vargas Llosa no pasó inadvertida en la ciudad de Córdoba. El escritor peruano, premio Nobel de Literatura protagonizó algunos hechos que despertaron polémica en la Bolsa de Comercio donde fue homenajeado.
Antes de comenzar con su discurso frente a un nutrido grupo de empresarios, periodistas y funcionarios municipales y provinciales, Álvaro Vargas Llosa, hijo del escritor se paró frente al público y homenajeó a Margaret Thatcher: "Tengo el deber de conciencia de decirlo, que nadie se sienta ofendido" y manifestó su duelo por la "Dama de hierro" británica a quien consideró una "defensora de la libertad". Inmediatamente se escucharon algunos silbidos, un tenue abucheo y un silencio que incomodó a todos los presentes.
Frente a la prensa, Mario Vargas Llosa -a quien el viceintendente de Córdoba le entregó el título de "ciudadano bienvenido"- también dejó algunas conclusiones políticas que causaron malestar en el auditorio. Cuando analizó la situación argentina, criticó duramente al peronismo. Al responder a la pregunta de qué pasó en un país que de ser del primer mundo pasó a subdesarrollado: "Es muy difícil de entenderlo. Todo lo que pasó tiene un nombre, el peronismo, pero si fuera tan simple ya el país culto y refinado se lo hubiera sacado de encima y no lo hizo", argumentó Vargas Llosa frente a varios funcionarios delasotistas que no sabían como reaccionar ante las afirmaciones del escritor.
Por último el premio Nobel tuvo un desaire para el periodista cordobés Federico Jelic, al que se negó a darle un autógrafo. El curioso episodio ocurrió cuando Jelic le acercó al Premio Nobel de Literatura un ejemplar de La ciudad y los perros, pero el autor se negó a firmarlo porque se trataba de una “copia pirata”. Entre divertido y decepcionado, el cronista contó en su Twitter: "Lo compré en Máncora en 2011 en su Perú natal... no pudo ser. Este hecho no resta mi admiración por él".
(*) Especial para Perfil.com.