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Después del Oscar a "Parasite", conocé otras obras valiosas del cine surcoreano

La estatuilla lograda por Bong Joon-ho obliga a los realizadores del país asiático a mostrar un nivel cada vez más alto. Los casos de Bruja I: Subversión, Psychokinesis y Microhabitat.

Parasite
Parasite | Web

El ascenso social en Corea es un tema que ha tomado vigor en las recientes producciones del país, la más notoria, “Parasite” del galardonado Bong Joon-ho. Sin duda, a partir de que el país adoptó un modelo democrático, el rápido crecimiento económico generó una brecha pronunciada entre ricos y pobres. Aún así, no es solo eso lo que impide que los coreanos escalen la pirámide social. Un firme sistema moral que data de dos milenios atrás rige aún la cosmovisión contemporánea.

Las tres doctrinas, el budismo, el confucianismo y “el cultivo del arroz”: siglos atrás, el budismo fue introducido en Corea durante el período imperial. Los regentes de las dinastías así como sus funcionarios tomaron los principios de transmigración de almas y del karma como un método para justificar su posición social. De China, también llegó el sistema filosófico confuciano que se enfocó en teorías sobre la ética y la moral. La “rectificación de nombres” afirmaba que para el mantenimiento del orden social resultaba imprescindible que los individuos cumplieran con sus obligaciones según su rol dentro de la estructura de la sociedad (gobernante/súbdito; padre/hijo; inferior/superior). De esta forma, la sociedad se organizaba con un esquema piramidal de superiores e inferiores.

Sobre el “cultivo de arroz”, el crítico Izaya Bendasan teoriza sobre el comportamiento de los trabajadores modernos que remite a los planes de cosecha de antaño. Correrse un día de ese plan de cosecha suponía una catástrofe. El trabajo individual de cada agricultor era un engranaje dentro de un circuito mayor que al demorarse ocasionaba un efecto en cadena en sus vecinos.

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El concepto de muchi-tsuki también ilustra esta conducta, donde el trabajo comunitario para hacer tortas de arroz puede traspolarse de pares a familias y de familias a una nación. El antropólogo Michitaro Tada describe a muchi-tsuki como la acción de moler el arroz de a dos. Con coordinación y ritmo, un miembro revolvía mientras el otro molía. En esta acción, había un individuo dirigente y otro ejecutante. Un subordinado que acepta con placer su rol porque siente una comunión con el otro en virtud de un bien mayor.

Las razones por las que Parasite arrasó en los Oscars

Cada una de estas doctrinas contribuyeron a moldear el pensamiento de Corea, China y Japón durante siglos. Se decanta de ellas que la falta de independencia y la uniformidad —en contraposición al individualismo— son las fórmulas para dar estabilidad a una civilización (y al avance económico).

Lo que se muestra en “Parasite” es un sistema que no ofrece otras posibilidades más que estas. Y la rebeldía de aquel sector de la población que no acepta las máximas. Su castigo, la expulsión.

El cineasta Bong Joon-ho consigue con eficacia realizar en el film una crítica a la estructura piramidal de los tiempos imperiales aunque es algo que insinúa en varias de sus producciones anteriores. Algunos de sus pares con menor notoriedad en Occidente exploran narrativas que abordan el mismo conflicto (el icónico Park Chan Wook, por ejemplo).

De estos realizadores, seleccionamos tres largometrajes hermanados con la obra de Bong Joon-Ho por la temática, pero abarcándola desde distintas perspectivas sin desmedro de la calidad narrativa ni de la técnica cinematográfica.

  • Bruja I: Subversión (thriller)

Un baño de sangre, una niña y una vida entre la quietud ecuestre y las promesas de la metrópolis. Este singular thriller se desenvuelve entre la campiña y un laboratorio. Kim Da-mi encarna a una joven de nombre Ja-Yoon, alumna de secundaria que ayuda a mantener la granja de sus padres. Un día, su mejor amiga le propone participar en un programa televisivo para aliviar la situación económica de su familia. A partir de allí, se reencuentra con su pasado y unos inesperados mensajeros. 

Poco a poco, el director Park Hoon Jung va deshilvanando un suspense que revela casi al final el motivo ulterior de su trama. De ritmo lento, tenemos frente a nosotros una obra de gran proeza técnica. 

La fotografía propone una paleta para los mundos diferentes planteados. Los tonos fríos del laboratorio muestran la neutralidad. En estas escenas, se denota un fuerte desapego que transmiten a su vez los personajes que habitan este mundo. Y la enajenación. Por contraste, están los tonos cálidos de la campiña, que aluden al universo familiar y al cuidado.

Se sabe que este es uno de los géneros favoritos de la audiencia coreana. Bruja…, la primera de una trilogía, no es un thriller purista. A veces obra de fantasía, otras de gore. Park Hoon Jung despliega su ya probada destreza narrativa, que insinuaba en títulos como The Unjust y I Saw the Devil. La coronación final para este largo se la da Kim Da-mi quien fue premiada como actriz debutante.

  • Psychokinesis (acción/drama):

 

Psychokinesis (acción/drama). De Yeon Sang-ho, director de Train to Busan, es un film liviano de superhéroes que transmite un mensaje sobre la vulneración de los derecho civiles. Seok-heon ha fracasado en muchos ámbitos de su vida. Como padre, como miembro de la sociedad; su palabra es rara vez tenida en cuenta. Sin embargo, parece estar tranquilo con eso. Trabaja como guardia en una galería y roba suplementos de las tiendas vecinas. Por accidente durante una caminata, bebe agua contaminada por un meteorito y esto le da un extraño talento. Poco después, un drama familiar lo obliga a volver a reconectar con su prole. De perdedor a protector, el padre tiene la oportunidad por primera vez de ayudar a su hija, que se encuentra totalmente desamparada frente a la corrupción gubernamental y el poder desmedido de una empresa constructora que está obstinada en tirar abajo un edificio comercial en una zona humilde de Seúl.

A pesar del matiz leve con el que se aborda el conflicto, la película deja al descubierto algunos actores típicos de la sociedad coreana. La fuerza que poseen los conglomerados en las decisiones políticas. La inacción policial, que es agravada por la intervención intimidatoria de la kkangpae (mafia coreana). Se pone en duda la veracidad de la reciente democracia del país.

Si bien está fuertemente cargado por un mensaje de denuncia social, el ritmo es rápido y entretiene con sus efectos especiales impecables. Esta vez, la ganancia no proviene de la búsqueda de justicia sino de la sanación de los vínculos afectivos. A pesar de su poca repercusión en taquilla, el motor que rige el argumento de este largometraje de Yeon Sang-ho fusiona con éxito la comedia negra, la acción y el mensaje social.

  • Microhabitat (drama/cine de género)

De producción independiente, el largometraje de la directora Jeon Go-Woon nos presenta un relato intimista en forma de sátira en el que se da voz a la otra vida de Seúl. La que escapa a los populares K-dramas.

Nos encontramos con Miso [E som], una mujer de treintantos de placeres minimalistas. Su rutina se resume en fumar cigarrillos, beber whisky y su novio. Esta aparente estabilidad da un giro cuando el alquiler de la mujer aumenta. Miso, “sonrisa” en coreano, comienza una vida nómade para poder ahorrar, entre las casas de sus ex-miembros de su agrupación musical.

Así como los personajes de Bong Joon-ho viven en un semisótano a ras del suelo, al margen de la vida capitalista, aquí se pueden observar otros espacios divergentes que obran de formas metafóricas para establecer el contraste entre clases. 

Si los “parásitos” de Bong Joon-ho sienten que la sociedad (o los sectores más pudientes) tiene una deuda con ellos, aquí, se puede ver eso mismo no desde el plano de la justicia social, sino en forma de desacato a los valores que el sistema ofrece. La economía al límite de la protagonista es por sí misma una huelga de hambre.

Plagada de metáforas desde su mismo título, la directora y guionista Jeon Go-Woon se vale de diferentes recursos para evidenciar la macroeconomía coreana que, irónicamente, tiene una calidad de vida inalcanzable. Un símbolo claro de la exclusión es el vaivén en los precios de los cigarrillos.

Cabe preguntarse si es realmente la protagonista la que sufre en esta road movie con tintes agridulces. Al moverse entre los márgenes, está exenta de las presiones sociales, a diferencia de sus pares, quienes, inmersos en el sistema, pagan con creces sus consecuencias. Un sinfín de angustias ajenas a ella, que se mueve inalterable de territorio en territorio.

 

 

* Traductora del libro "Kotto. Curiosidades del Japón revestidas de telarañas" (Ediorial La Compañía).