El fútbol es una pasión de multitudes y, por suerte, también de lectores. En los últimos años se multiplicaron los títulos de “literatura futbolera” y cada vez son más los autores que se animan a pegarle a la redonda desde la palabra. Es un fenómeno relativamente nuevo, pero de éxito asegurado. Es un golazo, como dirían en la cancha.
Cuando el Ministerio de Educación se animó a distribuir en los estadios miles de cuentos sobre fútbol (escritos por autores como Osvaldo Soriano, Roberto Fontanarrosa y Juan Carlos Bermúdez, entre otros), muchos se sorprendieron al observar que cientos de hinchas aprovechaban el entretiempo para leer aquellas breves historias. El tradicional debate sobre el rendimiento del equipo había sido masivamente reemplazado por unos minutos de lectura desde la tribuna.
Se trata de una propuesta “nueva” que trasciende lo estrictamente literario, para ser difundida en programas radiales, televisivos, obras teatrales y espectáculos. Todos los formatos son válidos a la hora de contar una historia sobre ese inexplicable sentimiento que es capaz de despertar el fútbol.
Alejandro Apo es, quizás, uno de los periodistas que mejor interpretó esta íntima relación entre el hincha y la literatura. Desde su programa radial y su espectáculo, comparte con la gente los mejores cuentos de fútbol de todos sus tiempos. Y ahora, ofrece de yapa la posibilidad de tener a mano, aunque sea en la mesita de luz, un libro que reúne sus historias y autores preferidos. Una especie de Selección de Fútbol, pero en cuentos.
“Y el fútbol contó un cuento”, es el título de esta antología que incluye obras de Mario Benedetti, Isidoro Blaistein, Roberto Fontanarrosa, Juan Sasturain, Antonio Dal Masseto, Alejandro Dolina, Mempo Giardinelli, Pablo Ramos, Rodolfo Braceli y Eduardo Sacheri, entre otros.
Anécdotas en las que muchos se sentirán identificados; tributos a jugadores como Maradona, Bochini, Rojitas y Martino; recuerdos imborrables como el penal que atajó Roma frente a River, consagrando a Boca campeón del ´62 y el primer campeonato que ganó Vélez Sarsfield en el ´68, son sólo algunas de las historias que se rescatan.
En la presentación del libro, Apo juega a la frustración personal ante la imposibilidad de plasmar en un cuento las distintas historias que imagina. Sus argumentos ya fueron convertidos en obras por sus admirados autores, se justifica cómplice. Y lejos de entristecerse, invita a disfrutar de su “Selección”.
Apelando a una frase "maradoniana", la pelota no se mancha, ahora se lee.