Milo Yiannopoulos y Michelle Malkin son dos personajes de la moderna derecha norteamericana con gran resonancia mediática. Estados Unidos, sumido en un espiral pandémica expansiva, ha dejado en evidencia parte de sus miserias sociales y políticas en los casos de violencia policial racista y en las manifestaciones en respuesta a ellos, conformando un caldo de confrontación donde el dúo referido hace su aparición con claras intenciones de cooptación política. Entre sus proclamas, difunden teorías conspirativas y abundante desinformación sobre el virus Covid-19, conducta asocial e irresponsable que no hace más que perjudicar al conjunto social. En una reciente publicación en sus redes sociales, estos dos activistas difundieron una lista con recomendaciones de lectura para simpatizantes, adherentes, o aquellos curiosos que quieran ascender a las virtudes ideológicas de la suprema derecha conservadora. La lista lleva por título “América primero” (lema político de Donald Trump), y en ella se destacan títulos tanto clásicos como desconocidos, y que se pueden clasificar de diversas maneras (por grado de ignorancia o pésima redacción, por ejemplo), no sin ello tomarlos como un sinceramiento tanto sobre lo que leen, pero sobre todo sobre aquello que no.
Blancos anti todo y misóginos machistas. En una primera versión, la lista contenía Mi lucha, de Adolf Hitler, pero luego retiraron el título. Sí aparece, aunque desmentida su veracidad por Yiannopoulos, Los protocolos de los sabios de Sion, libelo antisemita de 1902 creado por la inteligencia del zar ruso Nicolás II para justificar la persecución de los judíos (en sí, el texto copia a otro libelo, contra Napoleón III: Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu, o la política de Maquiavelo en el siglo XIX, de Maurice Joly). Sigue a esto la trilogía de un profesor de psicología evolutiva llamado Kevin MacDonald, Culture of Critique, obra en donde justifica por qué el pueblo judío debe ser odiado. Tan nazi el sujeto que en el tercer título adhirió como subtítulo: “Hacia una teoría evolutiva del antisemitismo”. A estas lecturas, suman varios textos antifeministas (o pro masculinidad) de Camille Paglia, o el título El camino de los hombres, de Jack Donovan. Cierran la sección discursos nacionalistas blancos de Ann Coulter, Vox Day y Jared Taylor.
Y aquí aparecen llamativos contrastes biográficos de estos promotores del material con el contenido del mismo. Milo Yiannopoulos, es blanco, rubio, de origen judío, se reconoce como gay y dice convivir con un hombre negro; Michelle Malkin, de origen filipino, no puede ser misógina machista por ser mujer, además dice estar casada con un judío. ¿Cómo serán sus diálogos en la convivencia con sus parejas? Un misterio de tintes literarios que ya debe bordear la carcajada en manos de Chuck Palahniuk (autor del Club de la pelea y Asfixia, entre otras), en el tono absurdo de su genial novela Pigmeo (2009).
Literatura americana y no tanto. En esta separata las recomendaciones parecen ignorar la geografía tanto como la historia, incluso la relevancia misma de los autores citados. Ovidio, Homero, San Agustín y Shakespeare encabezan “lo americano” (especie de nube cultural europea como herencia universal), seguidos por el impreciso poema histórico La cabalgata de Paul Revere, de Henry Wadsworth Longfellow y Las aventuras de Huckleberry Finn, de Mark Twain, hoy en desgracia por su tratamiento lingüístico racista. En este rubro se agrega Los diarios de Turner, del líder supremacista blanco William Luther Pierce (National Alliance), que publicara con seudónimo en 1978. El texto retrata cómo los hombres blancos recuperan Estados Unidos por medio del terrorismo y la guerra nuclear, luchando contra los usurpadores judíos, negros y latinos. Esta ficción fue difundida y vendida con furor por Timothy McVeigh, autor del atentado de Oklahoma.
Como corolario político recomendado contra las nociones de democracia, igualitarismo, feminismo y multiculturalismo, se destaca el manifiesto del terrorista solitario Unabomber, Ted Kaczynski. También los escritos del intelectual fascista italiano Julius Evola, así como la inclusión de la escritora Willa Cather (autora de My Ántonia, 1918), más por su retrato sobre la vida de los pioneros del interior americano que por su mensaje humanitario, claro mensaje hacia los inmigrantes: la tierra, el texto también, es de quienes llegaron primero. Premisa que este singular dúo dinámico ha propagado al brindar conferencias en campus universitarios y redes sociales.