Tres bibliotecas públicas mexicanas incorporaron "bebetecas" para niños menores de tres años, donde los pequeños pueden manipular libros como una primera aproximación a las letras, informa hoy el diario "Reforma".
Hasta ahora la idea fue puesta en marcha en las ciudades de Querétaro, Guanajuato y Tijuana y sigue un modelo impulsado por la escritora colombiana Yolanda Reyes, precursora de este tipo de espacios infantiles en América Latina.
"Está demostrado que las carencias lingüísticas y comunicativas durante los tres primeros años de vida afectan la calidad de la alfabetización posterior", dijo Reyes.
Según el diario "Reforma", la primera "bebeteca" pública mexicana comenzó a operar en noviembre de 2005 en Querétaro, en el centro del país, y recibió en su primer año unos 9.500 visitantes.
En setiembre se abrió también un pequeño espacio para bebés dentro de la sala infantil de la biblioteca pública de Guanajuato en el centro de México, mientras que el Centro Cultural Tijuana, en el norte, abrió la suya en octubre.
En la capital mexicana, la Biblioteca Vasconcelos, la mayor del país, creará también un espacio para fomentar la lectura en la primera infancia, señala "Reforma". Un proyecto similar se contempla para la biblioteca pública del central estado de Hidalgo.
"Todos los ejemplares se pueden tocar. Los papás entran descalzos, con ropa cómoda o con botas de quirófano desechables. Y todos a disfrutar de tirarnos en el piso", dijo la responsable de la "bebeteca" de Querétaro, Mercedes García.
"Hacemos, entonces, lectura en voz alta. Y siempre hay una persona que acompaña a los padres", afirmó.
El objetivo no es que los bebés se conviertan en superniños y empiecen a leer antes de dejar los pañales, "pero sí saldrán enamorados del libro, y el proceso lector será mucho más fácil", dijo la especialista.