A tres semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Michael Moore in TrumpLand, preestrenada el martes pasado en el cine IFC Center del Greenwich Village de Nueva York, es una suerte de performance satírica del famoso documentalista en contra del candidato republicano Donald Trump y de sus fervorosos partidarios. La película, de 73 minutos, se rodó en dos días, a principios de octubre, en un teatro de la ciudad de Wilmington (Ohio), donde la intención de voto a favor de Trump alcanza la mayoría. Moore relata en el film cómo el Midland Theatre de Newark, otra ciudad de Ohio, se negó presentar el espectáculo humorístico en el que se basa el film porque era demasiado polémico. En una declaración al diario local The Columbus Dispatch y publicada a fines de septiembre, la directora del teatro Nancy Anderson, señaló que tenía dudas sobre “la potencial polémica y la posibilidad de problemas en el interior o en el exterior del local” en el que se representaría el show, aunque luego se desdijo.
En cualquier caso, las ambivalencias de la dirección del Midland Theatre fueron aprovechadas por Moore para promocionar su película. La sinopsis oficial afirma que los republicanos de Ohio intentaron censurarla y caracteriza a Wilmington como un “territorio hostil” para el cineasta y su show individual “atrevido e hilarante”. Casi toda la película consiste en un monólogo de Moore ante un público de republicanos y demócratas (algunos latinos), filmado a inicios de este mes, antes de las acusaciones contra Trump acerca de abusos sexuales que parecen no haber complicado demasiado su imagen. El cineasta, quien apoyó en las primarias al demócrata Bernie Sanders y no a Hillary Clinton por su voto a favor de la guerra en Irak cuando era senadora, sin embargo ahora se ha sumado a la campaña a favor de Hillary e, incluso, en el film la compara con el papa Francisco que como obispo no tenía una posición anticapitalista y luego dio un giro a la izquierda.
Moore es muy conocido por los films Farenheit 9/11 y Bowling for Columbine (Masacre en Columbine, colegio de Colorado en el que dos alumnos mataron a tiros a 12 compañeros y un profesor), por el cual ganó el Oscar al mejor documental en 2002, una impactante película en el que exploró los motivos que provocaron la matanza y la cultura de la venta y posesión de armas en Estados Unidos. A lo largo de su carrera, Moore dirigió sus críticas a la Asociación Nacional del Rifle, a la familia Bush, a Wall Street, a las corporaciones. Al mismo tiempo, en Capitalism: Con A Love Story elogió a Obama, y en Sicko reconoció la labor de Hillary en la reforma sanitaria de su marido, el presidente Bill Clinton. Esta vez, en Michael Moore in TrumpLand, un trabajo del género agit-prop que se suma a la campaña proselitista de la candidata demócrata, se burla ingeniosamente de Trump y sus seguidores.
El segundo film de Moore en lo que va del año, tras la difusión de Where to Invade Next en febrero, se exhibe desde el pasado miércoles en forma gratuita en Nueva York y Los Angeles.