Si se enterara, algo ciertamente imposible, Jorge Luis Borges tal vez comentaría: “¿No se los había dicho? Los peronistas no son ni buenos ni malos; son incorregibles”. Es que los viejos adversarios políticos del gran escritor quieren repatriar sus restos, que descansan desde hace casi 23 años en el cementerio del barrio de Plainpalais, en Ginebra, para llevarlos a la bóveda de su familia, en la Recoleta porteña.
De esta manera, Borges seguiría el camino de otros destacados argentinos que murieron en el exterior y cuyos restos ya fueron repatriados, como José de San Martín, Domingo Faustino Sarmiento, Juan Manuel de Rosas y Juan Bautista Alberdi.
La intención del oficialismo es concretar el traslado en agosto, cuando se cumplan 110 años del nacimiento de Borges.
La iniciativa es de la diputada “kirchnerista” por la Capital Federal María Beatriz Lenz, quien planea presentar un proyecto de ley a fin de este mes o principios de marzo con el respaldo de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), cuyo presidente, Alejandro Vaccaro, es uno de los biógrafos más conocidos del escritor.
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(*) Editor jefe del Diario Perfil.