El Gobierno Nacional, a través de jefatura de Gabinete, autorizó a la Ciudad de Buenos Aires a habilitar el funcionamiento de una serie de actividades culturales, entre ellas, el préstamo y devolución de libro en bibliotecas.
Luego de 145 días de no poder abrir los edificios de las bibliotecas, se flexibiliza la actividad con estrictos protocolos de atención al público.
¿Cuáles fueron los servicios más consultados durante la cuarentena? ¿Qué se pudo aprender de esta experiencia? Estas son algunas de las preguntas que los profesionales bibliotecarios comparten en los distintos foros y espacios de comunicación.
Hace años que los bibliotecarios impulsan la prestación, a sus comunidades y usuarios, de servicios remotos de lectura en línea, préstamo y descarga de materiales. Y si bien esta modalidad de servicio está muy presente en la agenda diaria de las bibliotecas, la situación sanitaria actual impactó fuertemente en el trabajo cotidiano. Sin duda, las bibliotecas y sus usuarios no serán lo mismo luego del COVID-19.
Feria de Editores: 10 libros imprescindibles
La declaración del Aislamiento social, preventivo y obligatorio ha forzado a miles de bibliotecas argentinas a cerrar sus edificios de manera temporaria. Frente a este futuro incierto, y gracias a la creatividad y el fuerte sentido de servicio que tienen, en muchos casos han podido mantenerse cerca de sus usuarios y comunidades.
Desde el 20 de marzo, los equipos de trabajo de las distintas organizaciones e instituciones han tomado decisiones sobre el modo de brindar más y mejor acceso a la información, sin comprometer la seguridad física de los usuarios y su personal.
A través de sus colecciones digitales -y gracias a la colaboración de editoriales y autores-, las bibliotecas han estado a la altura de las circunstancias, ofreciendo cada vez más contenidos.
Las estadísticas de las principales bibliotecas electrónicas del mundo dan testimonio de su importancia cultural. Por ejemplo, Europeana, biblioteca virtual de la Unión Europea, concede a su medio millón de usuarios acceso a casi 58 millones de contenidos digitales cada año. El Proyecto Gutemberg, impulsado por el filántropo estadounidense Michael Hart, ofrece obras literarias antiguas; la mayoría de ellas publicadas antes del año 1924. Los títulos más descargados de esta última semana fueron:
1. Orgullo y prejuicio, de Jane Austen
2. Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll
3. El jardín de los suplicios, de Octave Mirbeau
4. Las obras de Edgar Allan Poe (Raven Edition), de Edgar Allan Poe
5. Las aventuras de Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle
6. El extraño caso de Dr. Jekyll and Sr. Hyde, de Robert Louis Stevenson
7. Ulises, de James Joyce
8. Ion, de Platón
9. Moby Dick, de Herman Melville
10. Frankenstein, de Mary Shelley
Para el caso argentino, la Biblioteca Nacional Mariano Moreno ofrece varias colecciones digitales de acceso libre y gratuito: libros, revistas y periódicos, manuscritos, partituras e incunables. Además, dispone de todo un conjunto de obras propias.
En lo que respecta a bibliotecas de instituciones universitarias, la mayoría de ellas han puesto el foco en acompañar las estrategias de educación/formación remota. Para esto, han elaborado planes específicos de comunicación para difundir los recursos disponibles a través de las redes sociales y listas de distribución de estudiantes, docentes e investigadores. A su vez, intensificaron la formación virtual en el uso de recursos digitales y/o elaborado de videos con pequeñas píldoras informativas. Se han rediseñado páginas web, blogs y portales que recopilan enlaces directos a contenidos, tutoriales y servicios. Todas estas acciones han dado un fuerte impulso al uso de los recursos y colecciones electrónicas en bibliotecas universitarias. En el caso de la UADE, universidad privada con más de treinta y cinco mil alumnos, se han cuadriplicado la cantidad de accesos a los recursos que ofrece con relación al mismo periodo del año anterior.
Una vez más, aprovechando la tecnología, las bibliotecas han seguido acompañando a sus usuarios acercando las viejas estanterías y anaqueles a sus hogares, a través de los celulares y demás dispositivos electrónicos. No los han dejado solos, aún en esta etapa tan difícil y desafiante que enfrenta la humanidad, posibilitando el acceso al conocimiento y apoyando el trabajo científico, en el país y el mundo entero.
Es por esto que, a las prácticas tradicionales -préstamo y devolución de libros- queda sumar las experiencias adquiridas en lo que va del año, y así potenciar los servicios y los productos que se ofrecen.
*Directora de la Biblioteca de UADE