Austeridad y explosión conviven armoniosamente en la cultura japonesa. Una tierra de sutiles haikus y de samuráis, de finos pinceles y filosos sables, de papel de arroz y de cuero. Por eso, cuando se nos presenta la oportunidad de acercarnos a ella, es mejor no dudar y hacer contacto para ver el mundo con otros ojos.
El Jardín Japonés resulta un excelente lugar para experimentar la particularidad de las distintas formas artísticas japonesas, desde talleres de origami (plegado de papel), jornadas de manga y animé o encuentros de iniciación al haiku, hasta demostraciones de la ceremonia del té.
Precisamente este fin de semana habrá dos eventos importantes. Por un lado, hoy a las 15 y a las 16.30 se realizarán presentaciones de taiko a cargo de la compañía Zen Daiko. Un taiko (“gran tambor”) es un tambor japonés gigante; puede llegar a pesar más de 300 kilos –quienes viven de su ejecución en forma trashumante los trasladan en vehículos o... ¡sobre sus espaldas!– y se toca con baquetas de madera denominadas bachi.
Los taikos, en tiempos remotos, fueron utilizados en Japón para comunicarse de pueblo a pueblo; también formaron parte de la cultura samurái para dar inicio al combate y subir el nivel de adrenalina de los guerreros.
El taiko actual fue establecido en 1951 por Daihachi Oguchi, quien forma el primer ensamble de taiko moderno referido como Kumi-Daiko y es también quien lo difunde mundialmente. Los conciertos de taiko, verdaderamente populares, tienen una energía arrolladora. Hay algo que opera en el orden de la física generando una vibración profunda, solidaria con el pulso del corazón. No es solo el oído el que participa en esta ceremonia, sino que los golpes logran atravesar el cuerpo y penetrar en el espíritu, lo limpian y estimulan a la introspección. Rápidamente uno se da cuenta de que puede acceder a un lugar propio que desconocía.
Por otra parte, mañana a las 15 y 16, el grupo de danza okinawense Tsubura No Kai presentará su espectáculo Hina Matsuri, que se completa a las 17 con un show de taikos a cargo de Shudan Ishiki Do, como festejo anticipado de la Fiesta de las Muñecas, una de las más importantes de Japón.
Hinamatsuri es el Festival de las Muñecas, que se celebra cada 3 de marzo en Japón. Está dedicado especialmente a las niñas, por lo que también se lo conoce como Festival de las Niñas. En él, ellas exponen varias muñecas (ningyo) vestidas con kimonos tradicionales y quedan situadas en distintos niveles de una plataforma, de hasta cinco o siete escalones, cubierta con tela roja. En la tradición se piensa que estas muñecas pueden esconder los malos espíritus en sus cuerpos, salvando así a su dueño de encuentros peligrosos cuando se libra de ellas. Se suele adornar también con flores de durazno, una fruta que se relaciona con el sexo femenino, por lo que el festival es también conocido como Momo no Sekku.
En nuestra época, caracterizada por una apabullante “americanización” de la cultura que se expresa tanto en el arte, la moda y la alimentación como en cierta forma de encarar el “feminismo”, no solo es saludable sino necesario abrir mente y corazón a otros mundos.
Más información y agenda de actividades en jardinjapones.org.ar.