DEPORTES
un libro sobre 20 años de box femenino

Abandonó la cárcel y dejó las drogas para ser campeona mundial de boxeo

María Elena Maderna empezó a boxear a los 27 años gracias a la insistencia de un vecino de Rafael Castillo que tenía un gimnasio. Así, casi sin querer, se involucró en el mundo del boxeo, por entonces ajeno, y que al final le terminó cambiando la vida. En 2013 logró el título mundial absoluto OMB, que defendió tres veces. Esta es una de las historias del reciente libro “Abran paso”, que recorre los últimos veinte años del boxeo femenino en la Argentina.

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20 años de box femenino. | juan salatino

Su paso por la cárcel la marcó a fuego. Fueron épocas oscuras, tumultuosas, donde ser libre se convirtió en un tesoro muy preciado. Hoy María Elena Maderna se ha volcado al trabajo social y usa el deporte como su principal herramienta. Vivir en carne propia la privación de todo le movió el piso de tal forma que un día decidió volver, pero ahora, para ayudar.

Cuando tenía 21 años eligió el camino equivocado. La desesperación de madre ante una aflicción física de su pequeña hijita la llevó a adueñarse de lo ajeno. Lo pagó muy caro, sí, pero gracias a eso su hija hoy tiene una vida normal. Pasados los cinco años después de estar tras las rejas, luego de un largo y agotador juicio, recobró su libertad. Decidió que a partir de ese momento, todo sería diferente. Sin embargo, a pesar de haber recuperado las riendas de su vida, se sentía una marginada. Le costaba dejar que las personas se acercaran y le dieran una mano. Sin querer había creado en su mente una película que no era cierta: que nadie le daría nunca más una oportunidad en nada. Y con ese pensamiento instalado, se fue creando una coraza que paulatinamente la alejaba cada vez más de las cosas buenas.

Roly Mendoza, de la Sociedad de Fomento de Rafael Castillo, fue quien la descubrió. La veía pasar corriendo todos los días, entre las cuatro y las cinco de la mañana. Una madrugada la encaró. Ella estaba tan envuelta en ese sentimiento de que la gente no se le quería acercar, que jamás se dio cuenta de que Mendoza la venía observando diariamente: “Tily, yo te veo que vos salís a correr todos los días. ¿Te estás preparando para algo?”. Ella evadió la verdadera respuesta contestando que solo lo hacía por gusto. “¿Por qué no venís a mi gimnasio?”, insistió Mendoza. La Tily le dijo que iba a pasar, pero lo dijo como para quitarse la situación de encima, porque nunca fue.

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“Yo, la abuela del gimnasio, la que estaba vieja para el boxeo, fui campeona mundial”

Roly la conocía desde los 8 años, cuando él se mudó al barrio. Así que cuando pasaron los días y ella no apareció por su gimnasio, se volvió a plantar en su casa, la esperó y se la llevó a entrenar. A los 15 días, la Tily ya estaba haciendo una exhibición. Gracias al boxeo fue cortando esa relación que tenía con las drogas para evitar esa sensación de marginación.

Martín Sosa, ayudante de Roly, y el propio Roly empezaron a insistirle en que sacara la licencia de boxeadora amateur. Ella tenía 27, la edad límite para poder hacerlo. Sin embargo, sorpresivamente, la FAB hizo una excepción. Fueron momentos de angustia, porque tuvo que blanquear con la federación que había estado presa. Además, tuvo que adjuntar una carta de puño y letra donde pedía por favor que le concedieran la oportunidad. Se sinceró y les contó que el boxeo le hacía bien y que quería poder competir de manera formal. Osvaldo Bisbal se comunicó y le dijo que apostarían por ella: “Sentite una privilegiada. Esto que hacemos por vos no lo hacemos por cualquiera. Vos estás grande para pelear, pero igual vamos a hacer una excepción. Ahora ya sabés lo que tenés que hacer. Si querés ser profesional, vas a tener que cumplir con todas las peleas que pide la federación”. La Tily les cumplió. Realizó 31 peleas como amateur y luego se pasó al campo rentado.

María Elena cayó presa a los 21. Cinco años después recuperó la libertad y llegó al boxeo

A pesar de mantener hasta el día de hoy una buena relación con su familia, cuando se mudó a Las Flores perdió comunicación con todos. Durante casi once años nadie supo nada de ella y se enteraron de que se había convertido en boxeadora a través de una pantalla de televisión, cuando ya era campeona: “En mi afán de querer mostrarles que estaba haciendo todo bien, les oculté mis derrotas como boxeadora. No quería que pensaran que no me esforzaba por mejorar. Por eso durante muchísimo tiempo no mantuve comunicación con ellos. Regresé cuando ya había conquistado los campeonatos”.

En 2013, cuando una decisión mayoritaria le otorgó la victoria frente a la colombiana Enis Huracán Pacheco, la Tily sintió que tocaba el cielo con las manos. 

Mientras le colocaban en la cintura el título mundial absoluto OMB ligero, el corazón le galopaba desbocado, colmado de felicidad. 

Después de tantos años de luchar contra viento y marea, sola, le mostraba al mundo que lo había logrado. Y lo más importante aún, que lo merecía. Defendió con éxito dicha corona en tres ocasiones: “Yo, la abuela del gimnasio, la que estaba vieja para el boxeo, fui campeona mundial”.

 

Primer libro sobre dos décadas de boxeo femenino

Título: Abran paso 

Autoras: Yésica Palmetta e Irene Deserti.

Editorial: Independiente.

 

Yésica Palmetta:

  • Es periodista deportiva, especializada en boxeo y licenciada en Comunicación Audiovisual. 
  • Escribió en la revista digital Ring de Ideas y fue parte del equipo de colaboradores de la revista Ring Side, dirigida por Carlos Irusta.
  • En radio, pasó por La Red, FM Simphony, FM Fénix y realizó la producción periodística de Iluminados por el Box, en radio Belgrano.
  • Es autora del libro La novia del boxeo, sobre la historia de Yésica Bopp.

 

Irene Deserti:

  • Es doctora en Ciencias Biológicas y becaria Posdoctoral de Conicet.
  • En octubre de 2014 se sumó al equipo de Boxeadoras Argentinas donde actualmente continúa como jefa de redacción.
  • Colabora con el programa Cerca del Ring, la revista estadounidense Women Fights News y Boxeo con Lipstick.