Tras ir perdiendo durante gran parte del partido, la co-anfitriona Austria logró hoy un agónico empate 1-1 ante Polonia en Viena por el Grupo B de la Eurocopa 2008, lo que además de permitirle seguir con esperanzas de clasificar a los cuartos de final aseguró a Croacia un lugar en esa instancia.
Polonia parecía tener la victoria asegurada gracias a un gol del brasileño nacionalizado Roger Guerreiro a los 30 minutos de juego, pero en tiempo de descuento los locales empataron con un penal convertido por Ivica Vastic.
De esta manera, Croacia, inesperado verdugo de Alemania por 2-1 esta tarde, quedó al término de la jornada como líder y primer clasificado del Grupo con seis puntos, seguido por Alemania (tres) y los protagonistas del empate de hoy en Viena, con uno cada uno.
Tras las derrotas sufridas por ambos en su debut, el partido de hoy se tornaba crucial para el futuro de austríacos y polacos en el torneo. Y Austria salió a jugar con una motivación extra: la derrota de su "archirrival" Alemania, su oponente del próximo lunes, que le abría un panorama más favorable aún.
El equipo de Josef Hickersberger salió a apretar a Polonia y prácticamente la metió en las inmediaciones de su arco en la primera media hora de juego. Dispuso de tres ocasiones clarísimas de gol en apenas seis minutos, pero mostró falta de oficio para la definición y además se topó con la figura del arquero rival Artur Boruc.
Al cumplirse media hora de juego, la retaguardia local se distrajo unos segundos reclamando un fuera de juego y Smolarek aprovechó para sacar un centro al área hacia Marek Saganowski, quien desairó a un rival y remató: la pelota no pudo ser despejada por el portero local y Guerreiro, en claro offside no cobrado, puso la pierna izquierda para empujarla al arco vacío.
El 1-0 golpeó muy duro el ánimo de los locales, que ya no volvieron a ser los del comienzo del partido, y fortaleció a la visita, que contó con el entusiasmo de miles de sus hinchas en las gradas. Tras el intervalo, incluso, el equipo del holandés Leo Beenhakker estuvo cerca en cuatro oportunidades de aumentar su ventaja, todas bien conjuradas por el arquero austriaco.
Buscando sacudir a su equipo, el DT austríaco dispuso entonces el ingreso del volante Vastic, quien cuando la suerte parecía echada tuvo la frialdad para no fallar desde los 12 pasos después de que el árbitro, el inglés Hobbard Webb, aplicara el reglamento a rajatabla y castigara un típico agarrón tras un centro con un tiro penal.