Hay una escena en el comienzo de "Gladiador" -de Ridley Scott- en la que Marco Aurelio (Richard Harris), ya anciano, le dice a su hija Lucilla (la bellísima Connie Nielsen) "si hubieras sido varón, que César hubieras sido...". El viejo emperador ve en ella todas las cualidades para ser la mejor heredera del poder romano, pero no puede legarla porque es mujer. A David Nalbandian a veces dan ganas de decirle "si hubieras tenido un poquito del esfuerzo de Vilas, que número 1 hubieras sido". De los mejores de la historia, sin dudas.
El cordobés ha decidido, por su propia voluntad, estar hoy en el puesto 25 del ranking. Pero, motivado y con ganas de jugar al tenis, su potencial es casi inigualable. En tres dias liquidó a los tres mejores jugadores del mundo y casi puede decirse que lo hizo "naturalmente". A Nadal lo pulverizó, propinándole la peor derrota de su carrera. Al serbio Novak Djokovic prácticamente no lo dejó mover en el primer set y también lo despachó en dos sets. Y hoy, nada menos que el suizo Roger Federer, no jugó bien en el arranque, pero luego un doble 6-3 puso las cosas en su lugar.
El argentino en numerosas ocasiones ha desatendido sus obligaciones con la raqueta por su pasión por los autos de rally, los romances con figuras conocidas o una silueta con kilos de mas. También han sido varias las peleas con sus entrenadores, que al no verlo entrenar con la dedicación necesaria lo abandonaban. Es más, buena parte de su campaña la hizo sin coach, trabajando sólo con su hermano. En fin, ha dado todas las ventajas posibles, pero en este momento, con Martín Jaite en su banquillo, lograda otra vez su motivación por el tenis, vuelve a demostrar que está en condiciones de ganarle a los mejores sin contemplaciones.
¿Cuánto le durará el actual envión anímico y tenístico?. Sólo él puede contestarlo, pero una cosa es cierta: si David está en su mejor nivel, ni Federer, ni Nadal ni Djokovic (ni nadie) quieren verlo del otro lado de la red.