Ganaba 1-0, jugaba como local en un Estadio Nacional repleto y había empatado 1-1 en el choque de ida en México. Todo eso le sobraba a Colo Colo para obtener un título muy esperado no sólo por sus hinchas, sino prácticamente por toda la afición futbolística chilena. No fue nada casual, de hecho, que en las tribunas estuviera nada menos que la presidenta Michelle Bachelet. Pero en un una gran reacción, el Pachuca terminó imponiéndose 2-1 y logró el primer título para un club mexicano en competencias de la Confederecación Sudamericana de Fútbol.
Humberto Suazo marcó a los 34 minutos del primer tiempo el gol que daba al "Cacique" su ventaja parcial, pero ello no sirvió de mucho a los chilenos ante la gran actuación de su rival en el segundo tiempo. Los goles del Pachuca fueron convertidos a los 7 y 28 minutos de esa etapa por dos argentinos: el rosarino Gabriel Caballero (ex Central Córdoba, Newell's y la selección mexicana) y Christian Chaco Giménez, ex Boca, Unión de Santa Fe e Independiente.
Pero la gran figura de la cancha fue otro argentino: Damián Alvarez, quien curiosamente no jugó de entrada sino que ingresó para el segundo tiempo. El ex River gestó el segundo gol de su equipo en un contragolpe tan fulminante como espectacular: inmediatamente después de un córner para Colo Colo, el volante se sacó varios rivales de encima y cedió a Giménez, quien tras combinar con Chitiva llegó al área colocolina para definir con un gran tiro cruzado ante el que nada pudo hacer el también argentino arquero Sebastián Cejas.
Esos cuatro toques, con pared incluida entre Giménez y Chitiva, fueron toda una lección de simpleza y oportunismo para un Colo Colo que, cuando aún empatando iba a penales, se empecinó en un ataque demasiado frontal y sin ideas, que nunca pudo quebrar la resistencia de la dura defensa azteca. Al fin y al cabo, el equipo de Santiago, dirigido por el argentino Claudio "Bichi" Borghi, murió en su ley, atacando como en toda la Copa, pero sin la claridad necesaria en sus objetivos ni en su juego como para poder al menos forzar un alargue y los penales que hubieran llegado en caso de mantenerse la igualdad en un tanto.
Debido al resultado del partido de ida, incluso, con empatar 0-0 Colo Colo era campeón, de acuerdo con la regla que establece que los goles convertidos en condición de visitante valen doble en la Sudamericana. Por ello, ya antes del 1-0 conseguido por Suazo todo parecía un trámite para muchos en el Estadio Nacional, donde se esperaba como inevitable lo que hubiera sido la segunda coronación de un conjunto chileno en certámenes internacionales. Pero aparecieron los argentinos y la gloria viajó para México.