Blatter es el presidente FIFA, donde las confederaciones regionales tienen mucho poder. Grondona, por ejemplo, era el presidente del Comité de Finanzas de la FIFA. En la AFA el control político y las cuentas las manejaba Grondona. Y Blatter decía que era un presidente que no podía nombrar su gabinete, se quejaba de esta situación”, asegura Luis Moreno Ocampo, ex fiscal del histórico Juicio a las Juntas y de la Corte Penal Internacional (CPI), que fue candidato para investigar la corrupción en la FIFA.
—¿Cómo surgió su nombre para trabajar en la FIFA?
—Mark Pieth, un renombrado experto anticorrupción europeo que lideraba el Comité de Reformas de la FIFA, sugirió mi nombre en 2012 como jefe de investigaciones para la FIFA, luego de algunos escándalos por supuesta compra de votos para la organización de los mundiales. A raíz de eso, me reuní con Blatter.
—¿Por qué no avanzó esa posibilidad?
—Nunca me propusieron formalmente el cargo. Pieth dice que fue la presidenta Cristina Kirchner, en alianza con Grondona, los que bloquearon mi designación. Luego, nombraron a Michael García, que era ex fiscal de Nueva York y que presentó un informe, tuvo problemas y finalmente renunció a la FIFA.
—¿Por qué Cristina se habría opuesto a su designación?
—Según Pieth porque mi ex estudio de abogados trabaja para Clarín y me tomaron a mí como si fuera miembro del Grupo Clarín. Es divertido porque en 2002 tuve fuertes conflictos con el Grupo Clarín. Cuando me fui de la CPI vendí mi estudio y los de Clarín le dijeron a mi ex socio que nadie los había enfrentado tan bien y querían que trabajara para ellos.
—A partir de las denuncias que se hicieron públicas, ¿cuál es el rol que usted le asigna a Grondona?
—La investigación norteamericana identifica a Torneos y al señor Burzaco como los que canalizaban los fondos hacia Grondona, como si fueran representantes de Grondona, y se sostiene que hicieron esos traslados a través de una agencia de viajes. Es interesante investigar todo eso. Entiendo que Burzaco está en Italia y si lo arrestan fuera de la Argentina puede ir a Estados Unidos donde podría acordar un pacto con la justicia y, en ese caso, se pueden conocer nuevos detalles sobre el caso.
—¿Y cuál es el papel que usted le asigna a Blatter?
—Es muy notable que nadie tenga pruebas contra Blatter. Una posibilidad es que toda su gestión sea lícita y que las cosas raras las hicieran alrededor de él. Es posible que él no estuviera involucrado. Veremos qué pasa con la investigación suiza sobre la designación de Rusia y Qatar para los próximos mundiales. Eso desató mucha bronca en Gran Bretaña.
—¿Es posible que avance una investigación judicial sobre este tema en la Argentina?
—No lo veo probable, porque, por ejemplo, Siemens reconoció que pagó sobornos pero esa causa puede prescribir porque no avanzó. Aun en un caso como ese, en el que se reconoce que se pagaron sobornos, la Justicia no avanzó. En la Argentina el sistema judicial ha sido coptado, con honrosas excepciones. Menem convocó a jueces amigos, De la Rúa no los tocó y Kirchner empezó un cambio pero después lo echó a Beliz y se quedó con Stiuso, y ahora tenemos gente enquistada en el poder judicial que bloquea cualquier investigación.
“EE.UU. no investiga a la FIFA”
“En Estados Unidos no están investigando a la FIFA, la Justicia nortemericana está investigando fraude, lavado de dinero, y maniobras de una red ilícita que opera en los Estados Unidos, se investiga una mafia pero no se está investigando a la organización del fútbol internacional”, asegura el ex fiscal Luis Moreno Ocampo.
“Pero lo que demuestra este caso es la falta de acción de la Justicia del resto de los países en avanzar sobre las denuncias relacionadas con el fútbol. Por ejemplo, denuncias de corrupción en la AFA hubo siempre y nunca se avanzó en la Justicia argentina”.
—¿Cuál podría ser el camino judicial de los argentinos acusados en Estados Unidos?
—No me cabe duda que los abogados de los acusados argentinos van a buscar alguna estrategia para ser juzgados en la Argentina y no en los Estados Unidos. Está claro que la Justicia norteamericana puede avanzar mucho más que la argentina en este tema. Lamentablemente, en la Argentina la Justicia no investiga casos de corrupción, no hay condenas”.